Guayaneses desisten de los estrenos de diciembre, mientras que otros optan por comprar ropa usada como nueva.
Las tiendas que en años anteriores significaban una opción económica para que los guayaneses pudieran adquirir sus estrenos de diciembre para Navidad y año nuevo, dejaron de ser esa alternativa, pues la inflación llegó hasta ellos.
Tanto hombres como mujeres se sorprenden de los elevados precios de la ropa, al punto de desistir de la tradición de estrenar un vestuario, mientras otros recurren a las “chivas”, comprar ropa usada en las ventas del llamado “perolero”.
Una sola persona puede invertir más de Bs. 20.000 en un solo estreno, contar con ropa nueva para el 24 y 31 de diciembre requiere hasta de Bs. 50.000 por persona.
Franelillas, pijamas o bragas para niños menores de un año no bajan de mil bolívares, aunque un vestido de niña puede costar hasta Bs. 12.000 y Bs. 9.000 un par de zapatos, en tiendas que se caracterizan por sus precios asequibles y ofertas de temporada.
Los jeans de damas no bajan de Bs. 9.000, mientras que los vestidos casuales cuestan en promedio Bs. 15.000, los tipo coctel pueden incluso costar hasta Bs. 25.000.
“Yo este año decidí no estrenar, reciclaré mi closet, buscaré ropa que tengo mucho tiempo sin ponerme y esa es la que usaré. Si acaso me compraré una blusa o un jean nuevo, o los zapatos, tengo que revisar para cuanto me alcanza porque también debo comprarle ropa a mi hijo”, manifestó Ana Díaz.
Compras en el “perolero”
Otra de las opciones para los guayaneses en comprar en el “perolero”, una venta de artículos usados que se realizada dos veces al mes en Puerto Ordaz, con precios muy por debo de los del mercado.
Allí, por ejemplo, se pueden conseguir jeans que van desde los Bs. 500 hasta los Bs.2.500, al igual que las blusas y zapatos.
“El mes pasado compré en el perolero un jean a 400 bolívares, y a una amiga que está vendiendo ropa usada, que está casi como nueva, le compré una blusa en mil bolívares… yo también venderé algunas prendas para poder comprarme otras”, comentó Magaly Torres, durante un recorrido en el “perolero” de Puerto Ordaz.