Ante la hiperinflación que padece el venezolano para comprar los productos de primera necesidad, el país según Infobae llevó a las personas de la tercera edad como Diosdada Pereira, de 75 años de edad, a decidir cual es su mayor necesidad cada vez que cobra la pensión.
Ella debe elegir entre comer o lavar su ropa, debido al alto costo de los productos. Sin embargo, como ella, miles de venezolanos deben hacen maniobras para llegar a almenos dos comidas diarias en un escenario de hiperinflación.
«El dinero no me alcanza para muchas cosas. La carne es incomparable, el pollo ya está en algunas partes en un millón 300 mil bolívares el kilo. Todo está caro, el jabón ni se diga. La semana pasada estaba en dos millones cincuenta mil bolívares, casi que me da un soponcio cuando lo vi en ese precio. Había cobrado la pensión y tuve que llamar a mi hijo para que me completara para poder comprarlo», dije la mujer, angustiada a Infobae.
El dinero que recibe de las dos pensiones que cobra no llegan ni siquiera al salario mínimo. Lo que recibe Diosdada de pensión no le alcanza ni para comprar una pasta de dientes, incluso sus hábitos alimenticios cambiaron por completo.
«Ya casi no puedo comprar queso, ahora compro a la semana 200 gramos y lo como de a poquito para que me rinda, ni siquiera puedo ponerle mantequilla porque es muy cara. En la mañana me tomo una avena o un café con pan tostado. A mediodía como, y como bien. Hago dos comidas buenas en el día para que no se me acabe tan rápido la comida», indicó Pereira.