Laureano Márquez, humorista, guionista y escritor venezolano, no disfraza la verdad, simplemente la decora con humor para hacer menos agresiva la realidad de Venezuela.
Laureano Márquez, nació en Tenerife, España, el 4 de julio de 1963. Desde pequeño demostró la chispa e ingenio que embelesaba a quien lo conocía, su primer debut, como el mismo lo describe, fue a los cuatro añitos, haciendo una parodia de su padre y que le costo su primera paliza, con esto descubrió su vocación humorística y la represión que conlleva.
A temprana edad emigró con su familia a Venezuela, donde ha transcurrido toda su vida pese a la situación del país. Comenzó a cursar estudios universitarios en Derecho, en Filosofía y Teología, que no llego a terminar. Tras un gran esfuerzo (y no por falta de inteligencia), concluye la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad Central de Venezuela.
Encauzado en su profesión formal, decide descartarla y dedicarse a lo que realmente le ha gustado siempre el humorismo. Sus primeras tablas es el programa de televisión Radio Rochela, como libretista y actor durante una década, lo que lleva a consagrarlo como uno de los mejores humoristas venezolanos.
Tiene una trayectoria impecable como artista principalmente en el teatro, con obras que arrastrado masas, risas e ilusión, y como siempre con ganas de mas, “La Reconstituyente”, que batió records de presentaciones. Sus presentaciones son reconocidas nacional e internacionalmente, llevando a cada país que llega un trozo de la mejor parte de Venezuela para los venezolanos en el exterior y para el mundo.
Como escritor se ha destacado, desde luego muy de Laureano, con tres excelentes libros de humor: Se sufre pero se goza, El código bochinche que batió record en Venezuela y el último por ahora, Amorcito corazón. Actualmente escribe para el diario Tal
Cual donde tiene una columna fija y eventualmente es el responsable del editorial, » Humor en Serio». En una entrevista realizada por el periodista Jaime Bayly, declaro, que se sentía sorprendido por la cantidad de venezolanos en el exterior.
“Nunca fuimos un pueblo de emigrantes, al contrario, éramos un pueblo receptor. Yo mismo soy de una familia que emigró a Venezuela de España”.
Lleva con potencia a donde va, la critica tan merecida de los gobiernos de estos últimos 17 años, poniéndole un hechizo natural y mordaz a sus palabras.
“Los gobernantes deberían ayudar a que los pueblos sean mas inteligentes, ya que así, pueblos inteligentes eligieran mejores gobernantes”.