Las coorperativas en Venezuela son una alternativa viable para poder soportar la alta inflación.
Los problemas compartidos muchas veces tienen una solución más rápida. Así lo han pensado cientos de personas por lo que las coorperativas en Venezuela han crecido, esta vez para adquirir alimentos y sobrellevar la carga del alto costo entre varios. A los hijos de la tierra de Bolívar, les ha tocado en los últimos 17 años de revolución, vivir situaciones nunca vistas como la falta de agua, de electricidad, alto costo de la vida, sobredosis de miedo y por si fuera poco, escasez de alimentos al punto que ya los abastos y mercados, lucen desiertos, por lo que hay que andar pelando el ojo e ingeniárselas para poder comprar comida.
Marta Bello es docente y ama de casa. Afirma que hasta diciembre pasado logró comprar harina de maíz pre cocida y margarina en establecimientos comerciales, pero que a partir de enero, hacer las compras pasó a ser una proeza.
«En casa somos 5 personas y a excepción de mi hijo menor de 12 años, todos aportamos para las compras, el problema es que ya el asunto pasó a mayores porque los automercados están vacíos y para comprar por número de cédula hay que amanecer en ellos , además de aguantar sol, lluvia y hasta perdigonazos en las colas cuando se arman escaramuzas»
Por ello, comenta que han tenido que recurrir a las compras grupales o asociaciones entre familiares y amigos, para comprar a los «bachaqueros» productos al mayor.
«Las cooperativas en Venezuela siempre han tenido buenos resultados, pero para poder comprar alimentos ahora hay que recurrir a los bachaqueros, así que tuve que respirar profundo y tragar grueso por tener que acudir a ellos, porque venden con usura, pero es la única forma de evitar evitar el tener que pasar hambre».
Detalla que cada grupo familiar aporta un determinado monto dependiendo del o los productos que necesiten y una vez que los obtienen, se distribuyen de forma equitativa. «En ocasiones hemos tenido que pagar hasta 500 mil bolívares por alimentos», acota.
De acuerdo con lo dicho por otro integrante de a familia Bello que prefirió no identificarse, la última compra realizada el mes pasado, implicó cancelar 17 mil bolívares por 12 kilos de pasta, cuyo precio está regulado en 180 bolívares con 50, lo que implica para el vendedor una ganancia superior a los 10 mil bolívares.
«En el caso de la harina de maíz precocida, el empaque de un kilo cuesta menos de 20 bolívares, pero los bachqueros venden el paquete de 1 kilogramo en 1 mil bolívares y hasta 1 mil 200 bolívares, eso es obsceno, pero lamentablemente hay que pagarlo par no perecer de hambre».
A lo dicho por Marta, se suma el testimonio de Flor Alba González, quien refiere que ha pagado hasta 20 mil bolívares por 12 kilogramos de arroz, porque su trabajo no le deja tiempo para hacer colas. «Gano 37 mil bolívares mensuales y tuve que gastar 20 en arroz, eso es inconcebible», asegura.
«Por eso decidimos comprar en grupo y luego nos dividimos los los productos de acuerdo al monto aportado, por lo general son partes equitativas, por lo general no nos llega al mes, pero garantizamos que en nuestras casas no faltará la comida, porque vivmos pelando el ojo para ver la provisión.
Maduro el mejor alumno de Chávez y los Castro
De acuerdo con lo dicho por el ex presidente de la Federación del Colegio de Administradores de Venezuela y catedrático de la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho, Benito Gómez, el Gobierno de Nicolás Maduro está jugando al caos para luego justificar un posible estado de excepción.
El analista firma que los venezolanos han subestimado a Nicolás Maduro, quien ha sido a su juicio, el mejor alumno de Hugo Chávez y los hermanos Castro.
«Él ha hecho lo que correspondía para llevar al país al estado en que está», asevera para remarcar que Venezuela sufre en estos momentos un proceso de hiperinflación, asociación a la paralización total del aparato productivo, mientras el Gobierno habla de la puesta en marcha de motores que en 17 años no ha encendido.
Advierte que el país está al borde del caos y que frente a esa situación, lo que queda son las protestas, lo cual constituye una situación muy peligrosa.