gobiernoEl movimiento estudiantil de Guayana retomó sus actividades de calle para concertar con la ciudadanía un cambio Gobierno.

Desde el viernes pasado, a propósito de haberse celebrado el Día de la Juventud, el movimiento estudiantil de Guayana anunció su regreso a las calles, esta vez no para convencer a la ciudadanía de la existencia de una crisis social y económica en Venezuela, sino para unificar criterios en torno a la salida del gobierno del presidente Nicolás Maduro, a través de los mecanismos consagrados en la Constitución Nacional.

El dirigente estudiantil de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Jorge Osuna, destacó que si bien la alternativa «moralmente justa» es la renuncia de Nicolás Maduro, se debe solicitar a su vez el cese de las funciones de su gabinete.

«No seremos los estudiantes quienes tomen esa decisión, sino la Asamblea Nacional. Nosotros haremos asambleas estudiantiles, de vecinos, estaremos visitando diferentes sectores, para promover el objetivo necesario para que Venezuela cambie, la salida del gobierno», aclaró.

Miembros de diferentes casas de estudio recorrieron el Mercado Municipal de Unare, en Puerto Ordaz, llevando precisamente el mensaje de lo que quieren lograr en esta nueva etapa del movimiento estudiantil, luego de dos años de las protestas de calle que iniciaron un 12 de febrero de 2014.

«En 2014 salimos con marchas, que fueron empañadas por la muerte de varios jóvenes, pero la diferencia con 2016 es que el descontento es general»

«Ya no hay que salir a convencer a la gente de que hay una crisis; por eso nuestro propósito es canalizar ese descontento, despolarizar al país y unirnos en pro de la salida del gobierno», manifestó Osuna.

Crisis universitaria

Karen Guzmán, estudiante de la Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG), aprovechó la oportunidad para hacer un llamado de unión a los estudiantes de todas las casas de estudio, bajo el argumento de que «tenemos los mismos problemas y nos afecta a todos».

Guzmán recordó las necesidades que presentan las universidades públicas de la región, como falta de un eficiente transporte público y servicio de comedor.

«A veces lo que dan de almuerzo es un pan con queso, eso no puede ser un almuerzo para un estudiante», cuestionó la dirigente.

Asimismo, como también ocurre en las universidades privadas, la delincuencia es otro de los problemas que agobia a estudiantes, profesores y demás personal de las instituciones.

«Sabemos que esto forma parte de la crisis universitaria que tenemos, donde el Gobierno nacional es responsable y en 17 años no ha hecho nada por solucionarlo», fustigó Guzmán.