la pobreza extrema se evidencia en Venezuela de las formas más disímiles, el pago y cobro en especias es una de ellas

Decir que en Venezuela existe una crisis humanitaria, no es exagerado, la pobreza extrema está llevando a canjes jamás vistos.

Para quienes ejercen funciones desde el gobierno, cualquier cosa que se diga sobre la calamitosa situación que se vive en Venezuela, es atribuida a la «guerra económica» o a un «plan desestabilizador» orquestado desde Estados Unidos, pero la pobreza extrema se palpa cada día, evidenciada en las más disímiles formas.

Jezenia es una joven madre soltera, accedió a conversar con el equipo de elcorreodelorinoco.com, siempre y cuando no reveláramos su apellido ni le hiciéramos fotos.

Tras romper el hielo confiesa que puede hacer limpieza en dos casas en un mismo día, lo que representa un ingreso de 3 mil bolívares.

«Yo cobraba por día 1500 bolívares, trabajando medio día en cada sitio y eso me alcanzaba para vivir tranquila cuando no tenía a la niña, ahora eso es nada.

A la pregunta de por qué habla en pasado cuando se refiere a su ingreso, responde que la situación la ha llevado a recibir comida a cambio de sus servicios, porque no tiene tiempo ni dinero para comprar.

«Últimamente las familias con las que trabajo me dan el almuerzo y de paso llevo para mi casa algunas cosas, porque qué puedo hacer con los reales, un día de limpieza no me alcanza ni  para comprar un pollo y para encontrarlo  regulado  tengo que amanecer en una cola y pasar ahí hasta 12 horas, ¿cuándo trabajo?»

El drama de Jezenia no es particular, en la zona norte de Anzoátegui, muchas mujeres ofrecen sus servicios como domésticas y proponen que se les pague  con especias, ante la pérdida de valor del dinero y las dificultades para conseguir alimentos.

Marta García hace  servicio doméstico en una casa de familia y afirma que desde hace un año, recibe como pago alimentos y medicinas, porque uno de sus hijos padece una enfermedad crónica. En su caso, además de ayudar en las labores de la casa, acompaña y cuida a una señora de la tercera edad.

«Para mí es mucho mejor así, porque al menos tengo garantizada la comida, que tampoco es mucho, pero sí suficiente para no andar por ahí desmayándome por hambre.

Se repite la historia de Cuba

Consultado sobre el tema, el dirigente laboral Luis Guevara, sostiene que el país tiene referencias graves en todas las áreas, tanto económicas como políticas y sociales.

«No hay alimentos ni siquiera en la red de abastos del Gobierno, mientras los establecimientos de asiáticos solo exhiben refrescos y empaques de chucherías cargadas de amarillo número 5».

Desde la perspectiva de Guevara, la situación de precariedad que viven las mujeres de servicio en la Venezuela de hoy, es la misma que han vivido las cubanas, en el país gobernado por los hermanos Castro, aunque allá la tragedia ha sido mucho mayor, tal vez porque aquí lleva menos tiempo.

Advierte que el problema es muy grave, porque está incidiendo en la deserción escolar, mientras la violencia a la que están sometidos los pequeños que muchas veces tienen que permanecer 15 horas en cola para comprar alimentos, determina que a futuro tendremos más problemas de violencia intrafamiliar y social.

Aunque el gobierno no lo admita por razones políticas, es obvio  que en el país existe una crisis humanitaria sin precedentes. «Desde hace 200 años en Venezuela  las mujeres de servicio no cobraban en especias», afirma Guevara.