Los altos precios y la escasez no escapan de los venezolanos en Semana Santa. Quienes pasan los días de asueto en las playas se quejan de los altos precios de la comida y la escasez.
Aunque los venezolanos visitaron la playa, específicamente en el estado Vargas, uno de los destinos favoritos para el esparcimiento en los días festivos, la crisis económica no dejó de ser tema de conversación.
«Nos traemos la comida de la casa a la playa. Habrá gente que podrá, pero la mayoría de los venezolanos no puede pagar 2 mil o 3 mil bolívares por un plato de comida», Mildred Da Silva.
Otra encuestada en la playa Los Corales indicó que cuando hay niños en la casa la situación es aún más complicada: «para poder sacarlos hay que traerse la comida de la casa y todo. Uno se inhibe de salir porque los niños piden y en la playa más. Ahorita ni un helado o una oblea».
«Aquí todo es caro: en dos refrescos y una bolsa de hielo dos mil bolívares, imagínate tú», comenta un señor consultado, quien a pesar de haber llevado a la playa todos sus alimentos, tuvo que gastar en la bebida.
Este cambio en la dinámica de los temporadistas también afecta a los vendedores en la playa, quienes indican que las ventas han caído drásticamente en los últimos dos años.
«Preguntan y te dicen ‘paso dentro de un ratico’ no vuelven a comprar es para averiguar el precio», reclama un joven vendedor de frutos del mar.
Jeison, quien trabaja en un restaurante en La Guaira asegura que «no es lo mismo» que hace dos años. «Ahorita todo es un lujo y para venir para la playa más».
Pero a pesar del escenario evidente, aún hay quienes difieren sobre la situación. «La crisis quizás podría ser mental», afirmó un joven que vende pescado en Los Corales. «Ahí tenemos la salsa de tomate, la mayonesa para los tostoncitos, aquí la comida se ha conseguido completa».
A la crisis económica se le suma la inseguridad. A partir de las 6:00 pm la playa se queda sola, pues los ciudadanos temen ser víctimas del hampa.