La mujer venezolana tiene una muy bien ganada fama mundial, por estar entre las más bellas y acicaladas. Hoy esa categoría está en riesgo porque no se consigue ni jabón de tocador.
La escasez y la alta inflación actual, son elementos contra los cuales la mujer venezolana debe batallar a diario, para no perder su muy bien lograda fama en el ranking de las más bellas y acicaladas del mundo.
Y es que a la escasez de alimentos y otros productos en el país, se suman los cosméticos y artículos de higiene personal, los cuales desparecieron del mercado y los pocos que se observan, exhiben costos super altos.
“Yo vivía arreglada de pies a cabeza, jamás salía a la calle sin base protectora y maquillaje básico, pero eso ya no es posible porque no se consigue nada y lo que se puede adquirir por Mercado Libre cuesta un dineral”, confiesa Carla Chacón, una estudiante de Contaduría que además se prepara para ser modelo.
Señala que ya hasta el jabón de tocador es difícil de comprar y ni hablar de los productos medicados, los cuales brillan por su ausencia o adquirirlo implica disponer de la mesada de 15 días. “Es decir dejar de comer ”, acota.
Prestando atención a los consejos de la abuela
Adriana Meléndez es una mujer venezolana que asegura que desde que se agudizó la escasez de cosméticos en el país hace más de tres años, inició su búsqueda a través de internet.
“Empecé comprando por Amazon y me iba bien, me equipaba cada año haciendo uso de mi cupo de dólares, pero luego con las limitaciones que impusieron, eso quedó para la historia”. Sin embargo, acota que frente a la crisis decidió aprender a fabricar su propio jabón.
“En la actualidad y siguiendo los consejos de mi abuela paterna, fabrico de manera artesanal jabones de tocador y cremas faciales a base de productos naturales, como zábila, avena y miel.
“Los ofrezco entre las mujeres de la familia y entre amigas, ha sido bueno, pero como todo, ahora no consigo la glicerina, elemento esencial para elaborar el jabón”.
María Fernanda Morales una jovencita que acaba de cumplir la mayoría de edad, asevera que desde hace dos años no ha podido usar el desodorante hipoalergénico que acostumbraba.
“Ante eso, he optado por una receta de internet a base de limón y bicarbonato, así estamos, pero prefiero antes que usar esas marcas de padres deconocidos que te manchan la ropa y producen mal olor”, dijo tras recalcar que hace de todo por estar y lucir bien.
“Las venezolanas somos bellas y tenemos fama internacional por serlo, las circunstancias no nos van a cambiar”, declaró.