– Chamo que no nos llegan las armas.
– Tranquilo que las están terminando de fabricar.
– Así no nos podemos defender. Hay que luchar que ha venido Lilian a la foto, y ahora sale para Madrid.
– No hay problema los de la mesa, la silla y el sillón, ya lo están preparando.
– Nos ayuda Trump, tranquilo…
Y, ¿qué más da? En el otro lado de la misma trinchera.
– Mi general están todos preparados para lanzar perdigones y botes con humo de los puros de Fidel.
– Corran que llega el ‘Niño de Colombia’ que ya ha cambiado los dólares de la cocaína.
– Has visto cómo ladra Diosdado, me recuerda tanto a Huguito…
– Y que viva la revolución. Mientras quede para robar…
En Madrid se han quedado unos cuantos iluminados que ya preparaban sus maletas y cuernos para volver al centro de la locura que hay en Venezuela. Uno me dice: ‘Es por si han dejado algo que rascar’. Los políticos, una clase muy especial de humanos que, sólo piensan en su puto culo, y proliferan al calor de nuestro esfuerzo. Qué más da que nos robe Maduro, Chávez, Pérez, López… al final todos son lo mismo y nosotros les importamos lo mismo: NADA.
¿Cuánto importan los niños en Siria? Lo mismo que los de Venezuela, NADA. Y en el resto importan porque toca. O si hubiese una guerra en España contra los putos ingleses invasores, piratas, ladrones… Los Niños, ¿los Niños? Estarían donde los de Siria, por lo que hay que obligar a que se peleen entre bancos, no entre nosotros. ¡Que mundo! Las personas que se quieran, que estén enamoradas, que se abracen bien fuerte.
En el Mundo, en la Tierra, en nuestra existencia sobramos más de 5.000 millones de seres humanos, para que esto sea sostenible para los que se queden. Vestidos de gris, con trajes técnicos, sin amor… Propongo que como las Calderón, los mayores de 70 años se tomen algo que les ayude en el viaje, a los crónicos (entre los cuales me encuentro), un pasaporte psicodélico, pero no acabéis con los Niños, no terminéis con nuestro mundo. Porque nosotros seguimos enamorados de nuestros hermanos venezolanos, y lucharemos por su bienestar, porque lo de la liberación, como que para otro capítulo.
Besos mis queridos Panas.