La escasez de alimentos como la leche tiene a la expectativa a los chicheros pues es la materia prima para poder trabajar.
La escasez de alimentos sigue clausurando las oportunidades de empleo, pues desde un restaurante hasta vendedores de comida casera están padeciendo la peor crisis de todos los tiempos.
En la colada de aquellos a los que hoy se le truncan las oportunidades de seguir adelante en la desabastecida Venezuela, están los populares chicheros, quienes, debido a la escasez de alimentos, como la leche, tanto condensada, como líquida y en polvo, han tenido que paralizar su producción y por ende dejar de percibir ganancias que les impiden llevar el pan a sus mesas.
Dentro de los tantos venezolanos que viven esta inclemencia se encuentra Roberto Carrero, un chichero de Maracaibo quien asevera que ha tenido que dejar de trabajar debido a la escasez de leche.
“¡En Venezuela ya no se puede trabajar!”
“El kilo de leche, cuando lo consigo es a 5 mil y 6 mil bolívares, son muy poquitas las veces que se consigue…, todo está caro, por ejemplo, el azúcar a mil 700, he tenido que dejar hasta tres días por falta de material”, sentencia Carrero.
Carrero precisa que con el exorbitante costo de los productos que forman parte de la materia prima para la elaboración de la chicha ha tenido que ajustar los precios del producto para poder obtener ganancias, sin embargo, muchas veces ni siquiera logran alcanzar la cantidad invertida.
“Para llenar mis tres filtros debo invertir como mínimo 30 mil bolívares, y a veces ni logro recuperar los 30 mil bolívares de inversión y lo que llego a vender no llega ni a los 10 mil bolívares”, exclama Carrero.
Este joven chichero precisa que la mayoría de sus clientes son madres que, ante la escasez de alimentos como la leche, compran la bebida para poder alimentar a sus pequeños.
“Las madres compran chicha para darle a los niños porque no consiguen leche»
«Eso es lo que me dicen, pero ya ni eso porque la chicha ha aumentado en 300%, antes el vaso más grande lo vendía en 200 bolívares ahora tocó ponerlo en mil bolívares, además que el precio del paquete de vasos es otro problema y así no todo el mundo lo compra”, manifiesta Carrero.
Para finalizar afirma que ante la situación ha pensado seriamente en dejar de trabajar como chichero y organizar sus pertenencias para venderlas y así poder alimentar a sus hijos.