La calma retornó a calabozos de la policía regional, tras el motín dominical que dejó 3 muertos y 12 heridos. Enviaron a 25 reos a la cárcel de Puente Ayala en Barcelona.
Tras la reyerta ocurrida el pasado domingo en los calabozos de la Policía del estado, que dejó un saldo de 3 reclusos muertos y 12 heridos, la calma retornó al lugar, luego del traslado a la cárcel de Puente Ayala de 25 reos.
Deudas por droga, pago de “vacunas”, así como maltrato físico y verbal a otros presos y a sus familiares por parte del pran (líder negativo) Tomás Ramos, de 26 años, habría sido el detonante para que los reclusos del retén policial de Anzoátegui, estallaran e intentaran derrocar por la fuerza a quien mantiene el control.
No obstante, en medio de la trifulca en la que dieron muerte a Luis Alejandro Tabares Flores, Alberto José Marín y José Ángel Guerra de 26, 25 y 20 años respectivamente, el “líder” Tomás Ramos, logró salvarse aunque recibió heridas graves.
El comisario José Alexander Rivero, aseveró durante rueda de prensa en la que estuvo acompañado de la fiscal Décima Lisette Bastardo y el director de los Servicios Penitenciarios en Oriente, Daniel Marcano, que la reyerta buscaba “derrocar” al líder de los calabozos.
“Ellos (los detenidos) aspiraban derrocar al líder Tomás Ramos porque, supuestamente, maltrataba física y verbalmente tanto a los arrestados como a sus familiares”, expuso.
Pese a estas declaraciones del jefe policial, el director de la Alcaldía del municipio capital, Zelim Avendaño a través del programa radial Mar de Fondo que se transmite por el circuito digital kys 98.3 FM., negó que en los retenes de la Policía regional existan pranes.
“Esos son sitios de reclusión temporal, no a largo plazo” sostuvo, al tiempo que negó también las condiciones de hacinamiento, denunciadas por familiares de los reclusos.
Alrededor de 25 reos se encuentran ya en la cárcel José Antonio Anzoátegui, conocida como Puente Ayala, donde hace pocas semanas fueron trasladados 288 procesados, procedentes de la cárcel de San Antonio, ubicada en la isla de Margarita, del vecino estado Nueva Esparta.
Familiares de algunos de los trasladados, dijeron temer por sus vidas, por considerar de alta peligrosidad el recinto barcelonés, en el cual el hacinamiento es noticia caduca.