Es como ir a Roma y no ver el Papa, conocer San Cristóbal y no tomarse una bomba, asegura Franklyn Peñaloza quien prepara una de las mejores, o al menos de las más famosas, que se hacen en el mercado popular de San Cristóbal. Conozca sus ingredientes y sorpréndase.

Si de un trago exótico se trata, la bomba es la indicada. Está en el mercado popular Los Pequeños Comerciantes de San Cristóbal. Sus ingredientes son insospechados. Cuando se bebe esa rica merengada, el consumidor no podría adivinar cuáles son sus compuestos, que por la combinación convierten, hacen de la bebida la vedette del mercado.

Franklyn Peñaloza, de la Refresquería Peñaloza, un pequeño local ubicado en el mercado, dice que el negocio ha servido para criar y educar a dos generaciones, él pertenece a la segunda generación. Su padre fue el precursor del negocio hace 35 años, y hoy es él, quien está al frente.

“Aún en Venezuela, con muchos sacrificios, pero con ganas de trabajar es posible salir adelante y al menos hacer para vivir. En nuestro caso, la bebida más apetecida por nuestros clientes, es La Bomba. En los otros locales también la preparan, pero sé que es la nuestra la más buscada”.

¿Qué tiene su bomba?
-“La bomba es una bebida afrodisiaca. Lleva más de 10 ingredientes, y probarla es digno de dioses. También va en cómo se prepare”.

¿Es verdad que lleva un ojo de buey y partes de los genitales de un toro?

-“Lleva hielo, lechosa, brandy, vino Sansón, huevos de codorniz, bolas de toro, toddy, cerelac, leche en pote, azúcar, miel, vainilla, canela, borojó (fruta), leche condensada y ojo de ganado”.

¿Qué precio tiene la bomba?
-“Cuesta 450 Bs., la pequeña, que son dos copas, y 850 la grande que es el doble”.

¿Y qué tipo de gente es la que le pide la bomba?
-“Todo tipo. Jóvenes, viejos, muchachos, mujeres, grandes pequeños. Esto es pura vitamina”.

Franklyn comenta que existen muchas historias relacionadas con la bebida, algunos comienzan a sudar al consumirla. Él asegura que la reacción es porque están débiles y les hacen falta vitaminas. Y sobre su comentario que es afrodisiaco, no tiene ninguna prueba científica de nada de lo que afirma, pero señala: “Lo sé. Se acuestan dos y se paran tres”, risas.

Pura energía en San Cristobal

“Incluso vienen doctores que la toman y la recomiendan”.

De acuerdo a Franklyn, él desde hace 20 años que trabaja en el mercado, toma su bomba y asegura que debido al alimento es muy poco lo que se enferma. Comenzó labores a los 12 años de edad, junto a su padre, quien le dedicó a la refresquería más de tres décadas y aún acude a trabajar.

Otra anécdota que relata Peñaloza es un dicho que ha oído entre quienes traen un turista al mercado, les dicen algunos clientes a sus invitados:

“Tómese la bomba, porque ir a San Cristóbal y no tomarse una, es como ir a Roma y no ver el Papa”.

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Algunas dificultades

Llegar mucho antes de que salga el sol, es parte del éxito en su pequeño negocio, observa Franklyn Peñaloza. Ahora la situación se hace más laboriosa por el problema de la escasez, al que no están ajenos porque la mayoría de productos, a excepción de las frutas, deben comprarlos revendidos, por ejemplo la leche en polvo, la líquida o la condensada.

“A pesar de las dificultades y del país uno sigue trabajando con alegría, sabemos que esto es pasajero y lo importante es seguir haciendo las cosas bien, y cuando trabajas con comida, si no hay cariño en cada cosa que haces, tampoco hay un buen sabor”.