Carniceros no quieren ni un kilo de carne pues aseveran que trabajan a pérdida, negocios siguen con las santamarías abajo.
El kilo de carne cumple un mes desaparecido tras regulación de precios. Hace justo un mes que el Gobierno nacional, el pasado 8 de noviembre, anunció los nuevos “precios acordados” del kilo de carne para los productores y el consumidor, medida que desde entonces condujo a que las principales carnicerías del país se encuentren desabastecidas.
La contradicción tiene, según el gremio ganadero y los vendedores, una simple lógica: no pueden vender a pérdida.
Mientras los productores estiman que esta proteína animal debe superar los 100 mil bolívares el kilo de carne, el Ejecutivo nacional a través de Sundde, fijó los nuevos entre 38 mil y 80 mil bolívares el kilo.
Es así como, mientras la Superintendencia determinó que el kilo de lagarto con hueso debe venderse 38 mil bolívares, las carnicerías expenden los cortes en más de 80 mil bolívares. Y en los cortes de primera, los números casi se duplican.
Desde los gremios, la atención está fijada en el próximo miércoles 13 de diciembre, cuando se acordó una nueva reunión entre las partes para revisar la cadena de costos.
Según José Agustín Campos, presidente de Confagan, los ajustes del 28 de octubre y el 8 de noviembre son el resultado del “diálogo productivo”, pero para Fedenaga la situación del sector cárnico es más compleja: abastecen el 32% del consumo nacional y, desde el 2012, cuando el consumo era de 24 kilos por persona al año se ha pasado en 2017 a un consumo de apenas nueve kilos por persona.
En el Zulia, estado fronterizo con Colombia, la proteína está desaparecida de las vitrinas o en el mejor de los casos, cuando logra “esquivar” la supervisión gubernamental, se consigue pero a precios exorbitantes. Otro problema que se está presentando en este estado fronterizo es que en algunos municipios, como Machiques de Perijá, se han registrado casos de venta de carne sin cumplir con las normas sanitarias.