Los pescadores del Lago de Maracaibo no se escapan de la inseguridad en Venezuela. Roban diariamente hasta 12 embarcaciones.

Los pescadores de Santa Rosa de Agua, zona ubicada al norte de Maracaibo, aseguran que a diario son víctimas de la intensa inseguridad en Venezuela  ya que denuncian que el hampa los despoja diariamente hasta 12 motores de las diferentes embarcaciones.

Manifiestan que la jornada diaria inicia con miedo, pues no sólo se trata del robo de motores sino que además son víctimas de extorsiones y hasta de sicariatos.

“Salimos de nuestras casas a pescar y no sabemos si regresaremos vivos”

Ángel Méndez, uno de los pescadores afectados por la inseguridad en Venezuela manifiesta que la zozobra inicia cuando zarpan por el Lago de Maracaibo.

“Nos atracan, nos golpean y matan a nuestros compañeros si se resisten a los robos…, ya esto no se aguanta porque la delincuencia ha arruinado a todos los pescadores”, manifiesta Méndez.

Este pescador critica que los cuerpos policiales no garantizan la seguridad en el Lago de Maracaibo, pues asegura que los policías les pasan por un lado a los llamados “piratas del lago” y no hacen nada al respecto, sin embargo, a los trabajadores de la pesca sí los detienen para revisarlos en plena jornada laboral.

“Con nuestro voto le dimos la confianza a Arias Cárdenas y no nos ayuda”

Denuncian además que, el gobernador Francisco Arias Cárdenas no realiza esfuerzos por detener a los que integran las bandas armadas que los atemorizan constantemente en el Lago de Maracaibo, tal como lo asevera Hugo Ortega, otro pescador.

“Nosotros hemos hecho las denuncias, pero nadie de la Gobernación nos ha atendido, el gobernador Arias Cárdenas sólo hace montajes para que crean que viene para Santa Rosa de Agua, pero nunca se ha aparecido por aquí, ni cuando perdimos los techos de los palafitos con los fuertes vientos, porque nos quedamos esperándolo todo un día” sentencia Ortega.

La inseguridad en Venezuela está dejando sin empleo a los pescadores del Lago de Maracaibo quienes están a la merced de Dios en las aguas del estuario zuliano.