En la urbanización San Jacinto abunda la inseguridad las 24 horas del día. Vecinos se quejan además de los huecos en las calles.
Habitantes de la urbanización San Jacinto, en Maracay, se sienten desamparados porque cuando no es la inseguridad que los azota, es la falta de recolección de desechos o la situación de las calles que destruyen trenes delanteros de vehículos.
La situación no es nueva, tienen años sufriendo calamidad tras calamidad, en una de las zonas de clase media que aún subsiste en la ciudad, pero donde las autoridades castigan a los moradores.
Hace más de un año el gobernador de Aragua, Tareck El Aissami; ordenó la salida de la comisaría policial de la localidad. Los habitantes de San Jacinto quedaron a merced del hampa las 24 horas del día, sobre eso no hay nadie que se pronuncie ni autoridad que le ponga freno.
“Yo soy la señora a la que roban siempre en San Jacinto”, dio Ana Pimentel, cansada de los hechos delictivos en el lugar donde vive.
“Después de que construyeron Guasimal y se mudó la gente, esto se puso horrible. A pie, en moto, en carro, pasan los ladrones y roban a los transeúntes a punta de pistola”.
Guasimal es uno de los urbanismos creados por Misión Vivienda y donde fueron alojadas las personas sin techos de Caracas y el estado Vargas, además de damnificados y del Lago de Valencia en Aragua.
Ya perdió la cuenta de las veces que le quitaron el teléfono, al punto que El Correo del Orinoco la abordó justo cuando se disponía a realizar una llamada desde un teléfono público en la esquina del edificio donde habita.
“Ya no tengo ni teléfono celular, ¿para qué?, si estoy cansada de que me roben”.
Comentó que cada vez que es víctima de los vándalos en el urbanismo, llama a la policía. Ya la conocen, “Si soy yo otra vez, la señora a la que siempre roban en San Jacinto”.
En 16 años que lleva en San Jacinto, Ana Pimentel aseguró que la localidad nunca ha recibido un «cariñito». El tema de la energía eléctrica es el cuento de nunca acabar porque Pimentel. Dijo que son constantes los bajones de luz o los cortes por varias horas sin ser programados por la empresa eléctrica estatal, Corpoelec.
En plena 5ta avenida, un bote de agua permanece en el lugar desde hace dos años y destruyó la capa asfáltica. Los conductores que no conocen la zona dejan el tren delantero en el lugar, quienes transitan consecuentemente, saben que no pueden circular por el área.
Con o sin agua, los huecos están repartidos por todo San Jacinto, aún y cuando en la capital de Aragua el gobierno municipal instaló una planta de asfalto.