La industrias en Venezuela están cercadas por una serie de factores que parecieran estar perfectamente diseñados para propiciar su desaparición. Los racionamientos de energía eléctrica, la inseguridad, el incremento del salario mínimo y el bono de alimentación y la falta de liquidación de divisas para la adquisición de materia prima, perjudican enormemente a la pequeña y mediana industria sin que exista una verdadera intención de diálogo con el ejecutivo nacional a fin de implementar medidas que rescaten a ese sector del foso en el que se encuentra.
Solo un 40 % de la productividad marca la situación actual de ese sector en Aragua, una realidad regional que se suma a la crisis de las industrias en Venezuela.
José Luis Soto, presidente de la Cámara de Industriales de Aragua (Ciea), manifestó la preocupación de ese sector que no es para menos en una entidad que contó con un parque industrial sólido, pero que ha venido en franco detrimento.
“Ya no encontramos qué decir para buscar diálogo con representantes del gobierno a través de los cuales podamos plantearles medidas. Ya lo hicimos con representación del estado pero seguimos sin respuesta”, indicó Soto.
La única solución viable que por el momento considera la Ciea es convocar al empresariado para buscar alternativas propias a través de la cuales puedan paliar la difícil situación que atraviesan.
Calificó como un fenómeno los cortes eléctricos, situación que afecta a las industrias en Venezuela porque deben enviar a los trabajadores a sus residencias. No encuentran cómo hacer con tanto personal paralizado cuatro horas diarias.
La gran industria que cuenta con generación propia de electricidad puede paliar de alguna manera la situación operativa, pero el área administrativa y otros sectores de las empresas deben enviar al personal a sus casas.
“Son situaciones complicadas de manejar y por eso se hace necesario invitar a los afiliados a buscar alternativas para seguir planteando soluciones a quienes se les deban plantear, ya que por parte del estado no se proponen soluciones a los problemas”, dijo el presidente de la Ciea.
José Luis Soto
La entidad no escapa de la crisis que atraviesan las industrias en Venezuela. No se trata de un estado paralelo donde el lema Aragua Potencia sea realidad.
Según Soto las cifras de productividad van decreciendo. Para el 2015 hablaban del uso de un 40-45 % de la capacidad instalada, pero todos los factores en contra propician que la producción esté por debajo del 40 %, y no son números que se ofrezcan por exagerar.
Días libres: como vaya viniendo, vamos viendo
Los días libres para el sector público decretado por el gobierno nacional son la guinda de una gran torta en la que pareciera que se quiere convertir al sector productivo de la nación.
Para José Luis Soto, golpean a la ya deteriorada industria porque las oficinas estadales ante las cuales deben realizar trámites administrativos documentales, solo laboran dos días a la semana.
“Si se le suman los cortes eléctricos sin programación establecida, los días libres convierten el día en trabajar bajo la especie de como vaya viniendo el día. Una industria definitivamente no puede trabajar de esa manera porque necesita planificarla, presupuestarla y organizar a su gente para las labores. Laborar de esa manera lleva a la industria a trabajar en porcentajes que están muy por debajo de lo que estaban el año pasado y es preocupante porque no tiene que ver precisamente con una guerra económica sino subsistir, sobrevivir que es lo que hacemos las industrias en este momento”, explicó.
El representante del sector apuntó que las industrias en Venezuela se hicieron cada vez más dependiente de las divisas y ahora sufre las consecuencias de no contar con su materia prima. Destacó que el verdadero problema es la distorsión del sistema económico, al no haber divisas es muy difícil avanzar en torno a un crecimiento de las empresas, por el contrario, sostiene que retroceden en los números que se manejan en cada una de las industrias. De las 130 empresas afiliadas a la Ciea, el número ha decrecido en el tiempo porque muchas de ellas han desaparecido ante las dificultades