Debido a la falta de tratamiento para el paludismo, waraos de Amazonas deben trasladarse hasta Colombia.
Desde hace casi un mes no llega el tratamiento para el paludismo a la Dirección Regional de Salud de Amazonas. Situación de suma gravedad, debido a la alta tasa de morbilidad y mortalidad que tiene el estado por esta causa, señala la asociación civil y observatorio indígena Kape Kape.
La población indígena de Amazonas es una de las más vulnerables, pues es la más expuesta al vector que trasmite la malaria, agravándose el cuadro de contagio al no recibir la debida medicación para eliminar la enfermedad de la sangre y organismo del paciente.
Debido al aumento de casos y la falta de medicinas, familiares de los enfermos de malaria, se ven obligados a movilizarse hasta Colombia, específicamente a Casuarito, para comprar el tratamiento para el paludismo a un precio que varía entre los 800 mil y el millón de bolívares en efectivo.
«Tal y como ha pasado con los alimentos, las mafias, tráfico y re venta de productos escasos llegó a las medicinas. Antibióticos, medicinas para la tensión y convulsiones forman parte de la larga lista de artículos que no se consiguen en farmacias, pero que a precios que superan hasta por 10 veces el regulado se encuentran en el mercado negro. A raíz del brote de paludismo que se ha duplicado en los últimos dos años, el tratamiento para esta enfermedad también forma parte de esta lista», agregó la organización Kape Kape.
Destacan que en las zonas mineras el tratamiento es muy cotizado debido a que el paludismo es la primera causa de morbilidad en estos lugares, al punto que su precio se calcula en base al costo del oro, cuya gama superó los 3.5 millones de bolívares.
«Esta acumulación de irregularidades es una grave amenaza para el derecho a la salud y a la vida de cientos de habitantes de comunidades indígenas, que sin estar involucrados con la actividad minera, ni disponer de los ingresos económicos de quienes la practican, son los principales afectados por las consecuencias socioeconómicas y sanitarias que ésta genera en sus comunidades», alertó el observatorio indígena.