Antiguamente, en Roma, tras el exhaustivo estudio de lo que era el Poder, los romanos lo interpretaron de tres maneras distintas, “ imperium, auctoritas y potestas ”.
El imperium, era para ellos, el poder absoluto, despótico, autoritario, se presentaba como la facultad y el derecho atribuido a una persona o a varias de ellas para proceder con autoridad el poder militar. Nada que ver con la definición que emplea Nico el Mico cuando llama imperio a los EEUU.
Potestas, era el poder político que Roma concedía a los magistrados facultándolos para imponer decisiones mediante la coacción y la fuerza. Esto nos recuerda nuestro actual sistema de justicia que actúa bajo el mando del ilegitimo emperador.
Auctoritas, para mi la más importante políticamente hablando, era el poder moral, la legitimación socialmente reconocida, procedente de la sabiduría, reconocimiento y prestigio de una persona, verdaderos lideres. Lamentablemente de esto nos falta mucho.
Recordando este punto de cuando me toco estudiar el derecho romano, creo que lo puedo resumir de la siguiente manera, Imperium es igual a Dictadura, Potestas es ley aprobada por el dictador y ejecutada por sus órganos complacientes, mientras que la Auctoritas, es el poder de una o varias personas que no necesitan imponer nada, la sociedad les sigue porque han ganado el respeto por su dignidad y moralidad, sin perder el carácter.
En estos últimos 30 años nos han demostrado que no hay moralidad política en Venezuela, Aristóteles definió la política como el arte de lo posible, luego sale Maquiavelo que era más perverso y dijo que la política era el arte de engañar, al final parece que se ha perdido la autoridad moral y el don de la dignidad, en la política tenemos que tener autoritas para poder tener potestas en libertad de actuación, a parte de la decencia y la vocación por el bienestar del pueblo en su totalidad y no de unos cuantos.
El poder político en una soberanía democrática tiene que ser una relación y se debe conocer si esa relación está equilibrada, cada posición debe tener su postura firme, y así, no superará una de las partes la supremacía del poder.
Cuando tu cedes a todas las peticiones de un niño, este poco a poco va a tener el poder sobre ti, manipulando tus actuaciones, ya sea por amenazas de daños o por contar algo incorrecto que te vio hacer, es decir que cada vez que le lleves la contraria montaría un rollo que te haría temblar, con lo cual tu autoridad sería nula.
La culpa es nuestra por no hacer valer la autoridad que en su momento le otorgamos a los dirigentes de la oposición, ellos no han tenido la valentía de hacer cumplir los incontables supuestos pactos con el gobierno o lo que se acordaba en el Parlamento, todo esto por el temor de contrariar al pusilánime y lo que han hecho es alimentar el poder en las fechorías del niño malcriado.
-¡Ok, vamos a hacer lo que me pides pero luego tienes que salir!, al final cuando le toca salir monta un berrinche, tipo culebrón en el que entra la policía y te detiene a ti por maltrato infantil, ¿y cómo quedas?, como el maltratador maltratado.
Vamos a ver que pasa con el nuevo fraude de las elecciones regionales, el nuevo capricho del régimen y a las que les han dicho amén todos los dirigentes de partidos políticos carentes de auctoritas, cada venezolano que tome conciencia y decida que es lo mejor, ojalá me equivoque, pero esas elecciones no serán transparentes y nuevamente nos darán la bofetada.
Ningún emperador ha sido eterno, menos aún cuando ha desgraciado a un pueblo noble, la caída del imperio venezolano actual llegará y pagarán cada uno de sus crímenes, tanto los unos como los otros.