Los homicidios en Venezuela ya no se registran solo en calles, nadie está a salvo ni dentro de su vivienda.
Los homicidios en Venezuela ya no solo se registran en las calles, a plena luz del día o bajo la oscuridad de la noche, sino que también se ejecutan dentro de viviendas donde las víctimas ni siquiera están a salvo. En Maracay dos ciudadanas de origen árabe fueron estranguladas y golpeadas con un objeto contundente, en un hecho que causó conmoción entre los habitantes del conjunto residencial La Nisperera, en pleno centro de Maracay, y que se ejecutó a primeras horas de la mañana del martes.
El revuelo entre propietarios de inmuebles de ese conjunto residencial no se hizo esperar. En su mayoría, los habitantes son comerciantes de origen árabe y asiático.
Aún no salían del shock que les causó ver como hace 15 días el hampa dejó seis vehículos completamente desvalijados, sin cauchos ni repuestos en el estacionamiento de las dos torres, cuando un hecho más atroz tuvo lugar en la Torre B, específicamente en el piso 15, apartamento 152. Allí se perpetró el hecho que engrosa la lista de homicidios en Venezuela.
Mounira Haddad (71) y su asistente del hogar, Sonia Sahier (48), fueron asesinadas a golpes y los cadáveres quedaron en uno de los pasillos del inmueble y en la cocina, mientras que todo el lugar quedó revuelto por los delincuentes que entraron con la aparente intención de buscar dólares, dinero en efectivo, joyas y otros objetos de valor.
Ambas damas de origen árabe no imaginaron que formarían parte de la lista de homicidios en Venezuela dentro de un hogar que ya ni siquiera es sitio seguro en el país.
“Nos están matando dentro de nuestras casas, ¿hasta cuándo, hasta cuándo va a ser esto?»
«Nadie nos asegura que estemos a salvo, nadie hace nada, nos matan en la calle, en la noche, en el día, ¡nos están matando!”, exclamó una de las damas a las puertas del conjunto residencial y en medio de una crisis nerviosa.
Otra dama de origen sirio que tuvo temor a identificarse, aseguró que con gusto se iría del país, pero no puede devolverse a su tierra porque están en guerra, aunque allí –aseguró- hay menos muertes que en Venezuela.
Último día de trabajo
Todo parece indicar que Mounira Haddad con más de 50 años de residencia en el país, era propietaria de un comercio en la calle Vargas de Maracay. Junto a su madre, una mujer de 90 años con problemas de salud, habitaba en La Nisperera. Hace 15 días contrató los servicios de Sonia Sahier quien atendía a la anciana que permanece en cama y también ayudaba a la limpieza del apartamento.
El martes Sahier llegó a su lugar de trabajo pero antes de subir al apartamento, se detuvo a fumar un cigarro en la planta baja. El lugar es ampliamente transitado, pues en la parte baja de ambas torres funciona el Seniat y un registro mercantil. Todo parece indicar que sus victimarios la interceptaron y bajo amenaza de muerte la obligaron a subir al apartamento. Al parecer se trató de dos hombres, quienes una vez en el inmueble y al encontrar la resistencia de ambas damas, las atacaron a golpes hasta dejarlas sin vida. Luego destrozaron todos los cuartos y huyeron del lugar sin dejar rastros y sin arremeter contra la anciana de 90 años que permanecía en una de las habitaciones.
Una llamada anónima alertó a un sobrino de Haddad quien salió de su establecimiento comercial y buscó apoyo policial, pues lo alertaron que dos hombres se habían metido al apartamento de su tía y que algo había pasado. Ya era tarde, cuando la comisión llegó al lugar verificó la muerte de las ciudadanas.
Sobre los homicidios en Venezuela prevalece el silencio oficial. No hay cifras por parte de las autoridades. El Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV) publicó en su último informe de 2015, que en el país de manera extraoficial hubo un total de de 27.875 muertes violentas, para una tasa de 90 fallecidos por cada 100 mil habitantes.