El hambre en Venezuela se junta con el estrés laboral que enfrentan trabajadores de la salud de Aragua
El hambre en Venezuela no respeta estómago de ninguna clase social, pero en Aragua se le suma un macabro ingrediente: la arremetida y el acoco laboral contra trabajadores de la Corporación de Salud (Corposalud) que exigen sus derechos socioeconómicos como el pago de la quincena a tiempo y dotación de bolsas de comida.
El personal de la Corporación de Salud de Aragua todas las quincenas emprende una lucha desesperada contra la desidia del gobierno de Tareck El Aissami y del presidente de Corposalud, Luis López. Para ellos no ha habido quincena “normal” durante el 2016. No se cancela de acuerdo con lo establecido en la normativa laboral, es decir, que la quincena se deposite dos días antes del 15 y de igual manera el último de cada mes.
Mientras el hambre en Venezuela avanza, los estómagos del personal de Corposalud batallan contra la guerra que parece mantener la corporación contra sus trabajadores.
“Obligaron a mis jefas a levantarme un acta de calificación de despido por abandono de sitio de trabajo. Como se negaron a atender esa aberrante orden, las cambiaron de la dirección del hospital, esa fue la respuesta de Corposalud. Estoy de reposo psiquiátrico, cuando me acosaron tanto me bajó muchísimo la tensión. Para poder subsistir, debía madrugar para vender café a primeras horas de la mañana”, relató la afectada.
El estrés se suma a la posibilidad del despido. ¿Quién puede trabajar así?, preguntó la mujer quien condenó el traslado de sus jefas, entre ellas la profesional de la medicina, Zoraida Báez de quien asegura que Corposalud ni siquiera le respeta la investidura.
Asegura que al igual que ella está el resto de los trabajadores de Corposalud que no escapan del hambre en Venezuela.
¿Cómo vamos a trabajar sin comida, pasaje y con un sueldo que alcanza solo 4 mil bolívares quincenales porque desde e año pasado no aumentan los salarios y aquí no se consigue comida por la situación país?, preguntó la mujer en medio de su desespero. Alegó que está bajo tratamiento con medicamentos que tampoco consigue.
Dijo que la gota que rebosó el vaso fue la llegada de motorizados quienes irrumpieron con sus vehículos dentro del hospital para acabar con la reunión que llevaba a cabo al dirigencia sindical de Sintrasalud con el personal. Esto debido ala falta de pago del personal suplente, pero los motorizados pusieron punto y final al encuentro, según su relato, porque no pueden hacer protestas ni reuniones.