Hambre en VenezuelaIndignante es la vida que llevan adultos mayores que exigen a gritos comida para no fallecer de hambre en Venezuela

El hambre en Venezuela no distingue edad. Niños, jóvenes, adultos y ancianos pasan las de Caín para lograr alimentarse, pero indignante es la vida que llevan 67 abuelos del Centro de Salud Social y Residencial “Capitán Luis Rafael Pimentel”, conocido como el geriátrico de San mateo, en el municipio Bolívar de Aragua.

No hay alimentos para satisfacer las necesidades mínimas de 12 abuelas y 55 abuelos, por el contrario, lo que abunda son amenazas y amedrentamientos por parte del personal del Servicio Autónomo de Geriatría Gerontología (Sager), dependiente de Corposalud, encargado de la administración del recinto ubicado en la calle José Antonio Páez del barrio Ezequiel Zamora de San Mateo. Como todo organismo dependiente de Corposalud, cada quien cuida su puesto y pretende tapar el sol con un dedo para intentar callar los gritos que el hambre en Venezuela produce en los adultos mayores allí recluidos.

Los abuelos no aguantaron más. En medio de la discapacidad que le producen los años, protestaron en sus sillas de ruedas. Consideran injusto que en medio de la situación país sean víctimas de la desidia, el hambre en Venezuela, la falta de insumos que no ofrecen ninguna garantía de calidad de vida.

“Tenemos hambre, ya no podemos más”, “Ayuda, apoyo, estamos desnutridos”, rezaban algunas de las pancartas que elevaron los abuelos. Ya las colaboraciones que reciben de otras instituciones o particulares, cesaron porque en Venezuela cada vez es menos la posibilidad de colaborar con el prójimo.

Rafael De Lucas, uno de los abuelos recluidos en el geriátrico, condenó que luego de haberle entregado tanto al país, ahora se le retribuya con hambre el esfuerzo de toda una vida. Pidió ayuda porque asegura que la directiva del geriátrico “llora” para poder darles el poquito de alimentos que puede y son vecinos del centro de salud social y residencial quienes les colaboran con algunas frutas, pan y algunas veces hasta sopa.

Tres cucharaditas de sardina o tres cucharaditas de carne molida

La dieta balanceada en el geriátrico no existe. Allí no hay arroz, pasta ni otro carbohidrato. Solo escasas proteínas. Este jueves desayunaron medio vaso de leche. Nada más. El almuerzo fueron tres cucharaditas de sardinas guisadas con pedacitos de zanahoria. Nada más. Wilfredo Lachamann, asegura que la cena siempre es un cambur y agua.

Par el desayuno del viernes, nuevamente medio vaso de leche pero esta vez acompañado con tres cucharaditas de carne molida. La incertidumbre apremia porque nunca se sabe si podrán almorzar.

Para Agustín Tovar, jamás había pasado tanta hambre como en los últimos 7 meses que lleva recluido allí.

Además del clamor de sus estómagos que se suma al grito desesperado de ciento de personas por el Hambre en Venezuela, los ancianos no cuentan con ningún tipo de ayuda en medicinas. Sager tiene 4 meses que no envía material para limpieza, ni siquiera detergente para lavar la ropa de los ancianos.

El ancianato es una boca de lobo, refieren, porque no hay bombillos. La situación empeora porque el geriátrico se ubica en una zona roja del municipio y los malandros se meten al recinto para despojar a los abuelos de sus pocas pertenencias y el año pasado un delincuente entró hasta la cabaña de una de las ancianas a quien golpeó para quitarle su televisor.

Llegaron alimentos tras la denuncia

Para tapar el sol con un dedo, el viernes llegaron alimentos al geriátrico. Sager envió al menos 20 kilos de harina de maíz, 20 kilos de arroz. No se sabe cuándo vuelva otra dotación.

A Sandra Zapata, directora del Sager, le han visto la cara dos veces en el geriátrico: durante una visita que dispensó la diputada por ese circuito, Karin Salanova (MUD) y ahora por la protesta de los abuelos. Abuelos denunciaron que Zapata les aseguró que en su casa tampoco había comida y hasta los amenazó con qué iban a hacer los ancianos si decidían el cierre del geriátrico.

Los manifestantes exigieron respuesta del Gobernador de Aragua, Tareck El Aissami, porque el geriátrico depende de Corposalud y en consecuencia, del ejecutivo regional.