Con 547 asesinatos registrados durante 2015, una población de 877.547 habitantes, para una tasa de homicidios de 62.33 %, Ciudad Guayana deja el puesto 12 para subir un peldaño y ser la número 11 de las 50 ciudades más violentas del mundo, según el informe de la Organización No Gubernamental (ONG) Seguridad Justicia y Paz, correspondiente a 2015.
De acuerdo con el informe de 2014, presentado el año pasado, Ciudad Guayana estaba por debajo de ciudades brasileras como: Natal, São Luís, Fortaleza y Marceió, las cuales a pesar de seguir en el ranking, redujeron sus índices de criminalidad y ahora están por debajo de esta urbe venezolana.
2016 por el mismo rumbo
Este año no parece ser esperanzador para Guayana, en vista que en lo que va del mes de enero ya se han registrado más de 53 homicidios entre San Félix y Puerto Ordaz, cuando en el mismo período de 2015 fueron 47 las muertes violentas en esta zona.
Las víctimas, en su mayoría, son jóvenes en edades comprendidas entre 17 y 30 años. Las parroquias de San Félix siguen dominando en cuanto a la violencia criminal. De los 53 asesinatos que se han registrado durante enero, solo 12 han sido en zonas de Puerto Ordaz.
Los planes de seguridad han sido insuficientes y hasta inefectivos en lo que se refiere a garantizar la seguridad a la ciudadanía. El fin de semana pasado, la comunidad de la urbanización El Caimito, en Puerto Ordaz, se vio obligada a trancar las calles como forma de protesta ante la ola de asaltos en el sector, hecho que se ha expandido a otras zonas de la ciudad.
Desconfianza en las autoridades
La pérdida de confianza en las autoridades policiales es otra consecuencia de la alta tasa de homicidios que se registran en la ciudad; incluso, familiares de las víctimas han llegado a responsabilizar a funcionarios de los organismos de seguridad del Estado por al menos el 20 % de los asesinatos cometidos en Guayana, durante supuestos operativos.
La ciudadanía denuncia a su vez la impunidad en la mayoría de los casos de asesinatos, superando en más de un 95%, obligándolos a tomar la justicia por sus manos, trayendo como consecuencia los linchamientos reportados en varias urbanizaciones de Guayana, a causa de asaltos en las comunidades.