A militares no les importa maltratar a niños y ancianos para controlar las colas en un supermercado de Guayana.
El supermercado Santo Tomé de Castillito, en Ciudad Guayana, una vez más es tomado por funcionarios militares para controlar las colas de hambre, luego de que suscitara una vez más un conato de saqueo en el lugar.
Sin embargo, lo que los clientes del supermercado que frecuentemente pasan todo su día en una cola para comprar alguno de los productos de la canasta alimentaria o de primera necesidad, denuncian la agresión de la que fueron víctimas niños y personas de la tercera edad por el uso excesivo de la fuerza por parte de los funcionarios militares.
“A empujones y sin importarles que en la cola habían ancianos y niños pequeños, los militares se lanzaron encima de la gente”, dijo un vendedor ambulante que frecuenta el lugar.
Al día siguiente, el supermercado Santo Tomé, en el sector castillito de Puerto Ordaz, estaba militarizado, tal cual como cualquier otro establecimiento al momento de expender alguno de los productos que escasean.
«Es indígnate la manera como nos tratan, es una vergüenza que los venezolanos tengamos que pasar por esto solo por comprar comida, y alimentos básicos, ni siquiera de lujo”, reprochó Rodolfo Torres, un trabajador que aprovechaba su día libre en una cola para ver qué conseguía.
La escena se repetía en otro supermercado, pero en Ciudad Bolívar, a una hora de Puerto Ordaz, las colas eran prácticamente interminables solo para comprar dos paquetes de harina pan.
Mientras tanto, en el Pdval de Alta Vista en Puerto Ordaz, el amanecer lo reciben los ciudadanos que duermen en el lugar para tener los primeros puestos en la cola para comprar. Ni hablar del abasto Bicentenario en el Centro comercial Zulia, aunque los militares intentan controlar las colas y evitar que usuarios y bachaqueros se queden en vela para guardar puestos, la estrategia aplicada ha sido dispersarse en los centros comerciales adyacentes a la espera del amanecer para empezar a formarse en la cola de hambre.