“Los mismos funcionarios nos cobran en la Frontera de paz desde Bs. 600 hasta Bs. 700 para que nos pongan el sello del pasaporte”.
La frontera colombo–venezolana sigue dando de qué hablar, ya no sólo por los secretos a voces sobre las irregularidades que allí acontecen, sino también por la ‘tortura’ que deben vivir los colombianos que cursan maestrías en Venezuela y que deben atravesar la denominada Frontera de paz.
A pesar de la inhóspita situación fronteriza se permitió el acceso a los estudiantes de todos los niveles poder cruzar a ambos países, pero para algunos la realidad ha sido mucha más hostil. Los estudiantes neogranadinos llegan a los puntos de control con toda su documentación en regla, pero denuncian que sólo hay una funcionaria venezolana para atender la gran cantidad de personas que desean pasar la ‘raya’, lo que genera largas colas sobre todo los fines de semana.
El barranquillero, Gabriel Márquez, a quien llamaremos así para proteger su identidad, reveló a El Correo del Orinoco que militares venezolanos se aprovechan de las largas colas para ingresar por el estado Zulia a Venezuela, y cobran ‘peaje’ para agilizar el trámite
“Mientras más cola hay, los mismos funcionarios nos cobran desde Bs. 600 y Bs. 700 para que nos coloquen el sello del pasaporte por detrás de la fila, para no pasar tanto tiempo esperando”.
Aseguró que ante la situación que genera la falta de personal para procesar el paso ha tenido que optar por viajar desde horas de la madrugada, para no caer no sólo en el soborno militar, sino para no pasar hasta cinco horas a la espera de acceso.
Reveló que muchas personas, sobre todo estudiantes, acceden a la petición pagando la cantidad solicitada para mermar la tardanza, pero denunció que desde ese punto fronterizo comienza la polémica en la carretera.
“Salen vehículos y camiones de procedencia venezolana cargados de mercancía que pretenden pasar a Colombia, casi siempre son los wayuü quienes realizan eso”.
Márquez agregó que estos vehículos pasan libremente a pesar que tienen restringido el paso.
“Tienen como un convenio con los militares, a estos camiones ni los paran, ni los miran, nos quieren echar prácticamente el agua sucia a nosotros los colombianos” sentenció.
Siguiendo el camino, a pocos kilómetros se llega al puente sobre el Río Limón, expresó que siempre se encuentran funcionarios del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (SAIME) para verificar las entradas del pasaporte y a estos también ha tenido que pagar Bs. 5 mil por el chequeo, además que son mucho más hostiles con los requisitos.
“Nos piden carta de invitación, nos preguntan el por qué estamos entrando mucho al país. Nos revisan equipaje de mano y eso es violatoria de derecho, nos meten las manos sin permiso y revisan el mínimo espacio”.
Márquez precisó para evitar esta situación existen otras alternativas como irse por las trochas o pagar Bs. 10 mil a los wayuü por cada persona que desee pasar, pero corre con el riesgo de ser deportado.
De regreso a Colombia les revisan hasta el alma
Gabriel Márquez precisó que conoce alrededor de 550 estudiantes colombianos afectados por el cierre de la frontera, y criticó el trato que reciben por parte de los funcionarios venezolanos, sobre todo cuando finalizan sus clases y retornan a su país.
“De regreso a Colombia nos revisan hasta el alma a pesar que solo vamos es a estudiar allá”.
Agradeció que la universidad en la que cursa maestría ha creado mecanismos alternos, a través de plataformas virtuales, para no suspender el semestre académico; precisó que él, al igual que sus compatriotas, les preocupa que el presidente Nicolás Maduro haya asomado la posibilidad de extender el cierre fronterizo por mucho más tiempo: “Nosotros no somos bachaqueros, no estamos haciéndole daño a Venezuela, al contrario con nuestra estadía estamos fortalecimiento a la económica de los hoteles, restaurantes, contribuimos con el desarrollo financiero del país” afirmó Márquez.
Confesó que no es buena idea que siga cerrada la frontera, pues además de mantener costumbres, lazos culturales y de hermandad, Venezuela y Colombia son países han estado unidos por la misma historia. Aseguró que muchos colombianos están de acuerdo con romper con el muro imaginario fronterizo para que se reencuentren ambas naciones.