Pensaban cruzar la frontera y proveerse de medicinas y repuestos, pero ya Colombia no permite que venezolanos comunes acudan a ese país a hacer compras.
La mayoría de productos que no pueden conseguirse en los comercios de Venezuela, los hay en Colombia a pocas horas del Táchira. Con el anuncio de la posible apertura de la frontera que se planteó el pasado viernes 26, en el Táchira eran muchos los ciudadanos que tenían la esperanza de cruzar el puente y abastecerse de medicinas, alimentos, productos de aseo personal y hasta vestido y calzado, pero la nueva disposición de Colombia sólo permite pasar a quienes tienen cédula de residentes de esa nación, por lo que los venezolanos ven como otra puerta más se cierra.
La frontera del lado colombiano permanece fuertemente custodiada de militares, e incluso las trochas o caminos verdes.
La orden que se cumple desde el domingo no sólo exige la presentación de documento de residentes en ese país, también obliga a mostrar las pertenencias que se pretenden llevar a Venezuela y no autorizan ni medicinas, ni alimentos y otra serie de productos.
Una batería de carro
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Miguel Jaimes cuenta que tenía la esperanza de que abrieran la
frontera para cruzar a comprar una batería para su vehículo que está detenido por ese motivo: “Desde enero me metí en una lista del gobierno para ver si me venden una, pero nada que lo llaman a uno, pensé que abrirían la frontera e iba a cruzar para comprarme una. Allá sale muy caro comprar por la devaluación del Bolívar, pero era la única opción que ya tampoco tenemos”.
Otros querían comprar medicinas
Lorenza Chaparro dice que también tenía cifradas las esperanzas, como muchos venezolanos que pudieran abrir la frontera e ir a comprar medicinas: “En San Cristóbal no se consigue un solo calmante ni en una clínica los ponen a los pacientes porque no los tienen y eso es muy urgente, uno tiene un dolor y es muy inhumano aguantarse, un té no lo quita. Yo quería ir por eso, pero ya ni esperanzas”.
Andrea Mathias también habló de acudir cuando abrieran el paso fronterizo, su interés es comprar hilos, agujas y algunas cosas para poder coser porque antes trabajaba cociendo desde su casa, pero dice que ya no se consiguen botones, ni todos los tipos de hilos: “Pues yo con eso me ayudaba, con la costura, pero ahora no se puede porque no están las cosas y además quería comprarle un repuesto a la máquina está dañada y aquí no lo hay. Allá en Cúcuta sí”.