Las solicitudes para que Maduro renunciara han caído en la nada. Era de esperarse.
La renuncia no dependía de las fundamentadas razones de los solicitantes sino de la toma de conciencia de quien conduce al país por malos caminos, nada hace para recuperar la economía, mejorar servicios públicos y brindar seguridad a la vida y bienes de los ciudadanos.
Tampoco ha tenido éxito la enmienda para recortar el período presidencial a cuatro años y salir de este gobierno dentro de pocos meses.
El Tribunal Supremo de Justicia adelantó el criterio según el cual una enmienda no tendría carácter retroactivo. No afectaría el mandato de seis años de Maduro. Eso también era de esperarse con esos magistrados por encargo.
Ahora le toca al referendo revocatorio. La Constitución establece que tenemos ese derecho a revocar, que un mal gobernante no debe terminar su período, que eso le hace daño al país.
Pero si a Maduro no se lo revoca este año sino el 2017, entonces él se iría pero seguiría gobernando el PSUV, los mismos ministros y con las mismas políticas dos años más.
Le hicieron creer al pueblo que podría sacar a un mal gobierno antes de tiempo pero como Chávez estaba de Presidente cuando aprobaron la Constitución, se aseguraron de que – en caso de revocarlo – seguiría gobernando a través de quien designara como vicepresidente, quien ejercería la Presidencia.
Para retrasar el revocatorio retrasan entrega de planillas, decretan días no laborables y racionamiento de energía eléctrica. Y ahora es que falta porque esas planillas que acaban de autorizar no son para reactivar el revocatorio sino para autorizar a una agrupación a recolectar firmas para activarlo.
La activación vendrá después, cuando con otras planillas, con otros retrasos en las entregas, haya que recabar casi cuatro millones de firmas, el veinte por ciento de los inscritos en el Registro Electoral. Firmas esas que, por supuesto, serán revisadas a paso de tortuga.
Estamos a punto de que se concrete una gran estafa histórica contra el pueblo de Venezuela, de la misma manera que lo engañaron al ofrecer igualdad ante la ley y combatir la pobreza. Hoy reina la arbitrariedad y la miseria y la ruina se han apoderado del país.
@claudioefermin @claudiocontigo