El Estado de excepción en Venezuela no es una medida para beneficiar a la población según perciben los propios ciudadanos

Para el ciudadano común el nuevo Estado de Excepción en Venezuela  no es más que un «pote de humo» que de nada le sirve al pobre.

«Quisiera que el Presidente decretara la producción de alimentos y la importación de comida, quisiera que decretara que los padres y madres de Venezuela no tendremos que hacer más colas para comprar una harina de maíz o un paquete de pañales, pero el que decrete un Estado de excepción creo que de nada sirve cuando andamos con el estómago vacío y la mente preocupación de que nuestros hijos no tienen qué comer al llegar de la escuela».

La reflexión corresponde a Alfredo Guaregua, un joven trabajador de mantenimiento, quien confiesa no tener claro el significado del decreto de Excepción, por lo que le planteamos de manera sencilla, lo que reza la Carta Magna al respecto.

De acuerdo con lo establecido en la Constitución Nacional en su artículo 337 se califican como estados de excepción “las circunstancias de orden social, económico, político, natural o ecológico que afecten gravemente la seguridad de la Nación, de las instituciones y de los ciudadanos  a cuyo respecto resultan insuficientes las facultades de las cuales se disponen para hacer frente a tales hechos (…)  podrán ser restringidas temporalmente las garantías consagradas en esta Constitución, salvo las referidas a los derechos a la vida, prohibición de incomunicación o tortura, el derecho al debido proceso, el derecho a la información”.

A juicio del joven trabajador todo cuanto se puede decir sobre el Estado de excepción en Venezuela es interesante, pero desde su óptica, el Presidente de la República ha olvidado su deber como mandatario de garantizar a la población el derecho a la alimentación.

Admite que cuando la revolución llegó a Venezuela era apenas un adolescente y debido a que su familia simpatizaba con el extinto presidente Chávez, él se hizo hombre admirándolo, pero refiere que hoy su perspectiva ha cambiado.

«No puedo apoyar a un Gobierno que nos ha golpeado el estómago y nos somete al hambre».

Dice dudar respecto a la veracidad de la supuesta «guerra económica» de la cual habla el presidente precisando que de ser cierta, el Gobierno tendría que luchar para vencerla y no pasar años denunciándola. «Para eso es Gobierno o no», asevera.

El pueblo ha despertado

Sobre el Estado de excepción en Venezuela, el ama de casa Lorena Salazar, manifiesta que no conoce su significado. «Me imagino que tiene que ver con el cierre de las fronteras, porque el presidente dijo que era para proteger al pueblo de los ataques imperialistas», pero nadie se lo cree, sostiene para añadir que la gente lo que quiere es tener más comida y menos peleadera.

«Ya los venezolanos estamos cansados, no sabemos qué hacer para pedirle al presidente que haga algo por el país, porque se está hundiendo, pero esa gente lo único que quiera es mantenerse mandando, aunque el pueblo esté muerto de hambre porque el sueldo no le alcanza sino para mal comer», dijo tras recalcar que el Estado de excepción en Venezuela no es más que otro «pote de humo» del presidente.