Ir al estadio a disfrutar los juegos de béisbol es tradición de los venezolanos durante la temporada, sin embargo, los altos precios han afectado esta costumbre.
Aunque ha sido el pasatiempo por excelencia de los venezolanos, la inflación ha hecho que algunos cambien sus hábitos.
«Con esta pelazón uno ni para el estadio puede ir«, afirma Luisana Arcia. Ella es fanática de los Tiburones de La Guaira y, desde que tiene memoria, ha sido una tradición en su casa ir al estadio universitario en Caracas a apoyar el equipo. Este año las cosas cambiaron.
La entrada más económica para ir al estadio se ubica en 125 bolívares y la más cara en 2.050. Ha habido un aumento de 50% en los precios con respecto al año 2014.
Los vendedores de bebidas y comidas en el estadio estiman que un fanático puede gastar en promedio 5mil bolívares en una noche en el estadio; más de la mitad de un salario mínimo mensual en Venezuela, que se ubica actualmente en 9.600.
«Este año no es lo mismo. Uno lo ve por el ánimo y por la cantidad de gente. Ya no se ve como antes. Esto está vacío», asegura Yonny, un vendedor de cervezas.
Tiene 6 años trabajando en el lugar e indica que este ha sido el menos movido. Se lo atribuye a la crisis económica. Dice que si él tuviera cinco mil bolívares para gastar no se iría al estadio, sino a un automercado a comprar comida para su casa.