Ante la escasez en Venezuela y la prohibición de venta de los pocos alimentos que hay, los marabinos cerraron las calles como medida de protesta.
La escasez en Venezuela parece no dar vuelta atrás. Este jueves hizo que la desesperación de un grupo de ciudadanos que se encontraban en las colas para comprar comida, reventara en una protesta. Alrededor de mil personas, que se permanecían a las afueras de Tiendas Latinos en la ciudad de Maracaibo, trancaron las calles que bordean ese establecimiento comercial porque les negaron el acceso a los productos.
Los usuarios aseguran que estuvieron desde tempranas horas haciendo la cola y que les informaron que despacharían productos regulados como pañales, arroz y harina de maíz, sin embargo, estos entregaron sus cédulas para llenar la lista de quienes comprarían, pero la compra nunca se dio.
El pueblo enardecido, por la imposibilidad de poder comprar lo poco que había llegado a ese establecimiento comercial, denuncia la descarada corrupción por parte de los efectivos de seguridad como el Cuerpo Policial Bolivariano del estado Zulia y la Guardia Nacional Bolivariana, organismos que custodian los establecimientos comerciales tras los conatos de saqueo como consecuencia de la escasez en Venezuela.
“Los policías y los encargados de la tienda pasan a los amigos, a los familiares de los policías y el pueblo está esperando desde las 9 de la mañana y no hemos comprado, esto no se puede así”, manifiesta uno de los afectados durante la protesta.
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Algunas de las madres que buscan los tan anhelados pañales hicieron una barricada humana en una de las intersecciones para impedir el paso de vehículos, una de ellas asegura que vio como una camioneta de la Guardia Nacional Bolivariana fue cargada de pañales.
“Es un abuso de autoridad, mi hijo tiene seis meses y no consigo pañales pa’ que venga un sucio de esos a llevarse lo que una tanto necesita, pa’ nada porque eso ellos van a revenderlos ¡No, no y no!”, exclama una de las madres desesperadas.
Al lugar se apersonó el equipo antimotines de la Guardia Nacional Bolivariana para disipar al pueblo hambriento, quienes luego de dialogar permitieron el paso vehicular en la zona y tuvieron que regresar a sus casas con las manos vacías debido a la escasez de comida y pañales.