escasez de alimentos en Venezuela

Foto: María Inés Hernández

En los supermercados sigue reinando la escasez de alimentos al punto que en Abastos Bicentenario sólo venden jabón y cloro.

Cada día la escasez de alimentos se agrava y muestra de ello son los Abastos Bicentenario que están completamente vacíos de los productos necesarios para la alimentación de los venezolanos. Entre esos tantos que recurren a los supermercados y se tropiezan con la crítica escasez de alimentos está María Inés Hernández, una habitante de Maracaibo, quien asegura que no tuvo que pasar tanto tiempo en cualquiera de las colas que se hacen en los alrededores de Abastos Bicentenario porque no había nada.

“Entré rápido porque al parecer se forman varias colas, unas para las personas que solo van a comprar lo regulado y otra, para los que vamos a llevar otras cosas. Yo me metí en la segunda porque evidentemente era la más corta. Estuve aproximadamente media hora y tuve que llevar tres bolsas de verduras para que me dejaran comprar 2 kilos de jabón para lavar ropa”, afirma Hernández.

Hernández manifiesta que esta no ha sido su peor experiencia en cuanto al tema de escasez de alimentos y lamenta que el panorama dentro del establecimiento cada día sea más desolador.

“Sólo había en los anaqueles unas verduras que no se veían muy buenas y un pasillo donde había galletas y cloro, aparte del jabón de lavar…, la gente estaba relativamente tranquila a pesar que observé como colearon a unas personas ¡Fue bastante evidente!”, critica Hernández.

Hugo es testigo de la escasez de alimentos

Foto: María Inés Hernández

Incongruentemente en una de las paredes de Abastos Bicentenario hay una imagen de Hugo Chávez, como parte del culto a la personalidad que se le rinde en las dependencias gubernamentales, con un mensaje que se aparta completamente a la realidad de escasez de alimentos que reza lo siguiente: “En la Misión Alimentación, trabajo en equipo, triunfo seguro”, palabas que, pueden ser chocantes para cualquier venezolano que deba devolverse a su hogar con las manos llenas de nada.

“Cuando vi la imagen mirándome fijamente lo sentí como una burla porque hay un elemento irónico en el asunto, que es ver el supermercado plagado de consignas sobre la «alimentación del pueblo» y hay puros anaqueles vacíos, porque eso es una verdad innegable que te están arrojando en la cara, ¡Me sentí burlada, así me sentí!”, remata Hernández.

Esta habitante de Maracaibo asegura que, aunado a la escasez de alimentos hay otro elemento como lo es el racionamiento eléctrico, el cual alarga el tiempo de espera en las colas para poder adquirir productos. “Apenas veo que la luz está apagada no me molesto ni en bajarme del carro”, finaliza Hernández.