El artículo 72 de la Constitución establece que todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables. No para darle rienda suelta a sentimientos viscerales ni a antojos de quienes pudieran albergar antipatías por un funcionario en particular. Se trata de salir a tiempo de un gobernante que a la mitad del período ha demostrado que sólo lo haría peor si permaneciera en el cargo.
Atendiendo a esa disposición constitucional tenemos un nuevo derecho político, revocar malos gobernantes para recomponer las instituciones y los programas que fueron dañados por aquel cuyo mandato fue derogado.
Ese es el caso de Maduro. Llegó a la presidencia impuesto a dedo, como si se tratase de una herencia personal. No hubo consultas a las bases del PSUV para determinar quién estaría de candidato en las elecciones que llenarían la vacante del presidente Chávez.
Con su postulación se pisoteó la Constitución porque el artículo 229 prohíbe expresamente a quienes estén de Vicepresidentes, Ministros, Gobernadores o Alcaldes, postularse a la Presidencia de Venezuela. Maduro ejercía la Vicepresidencia Ejecutiva para el momento cuando fue postulado y el Tribunal Supremo de Justicia convalidó esa violación constitucional.
La letra constitucional que si han seguido al pie de la letra, como si fuese su guía, es el artículo 233, según el cual si el Presidente es revocado durante los dos últimos años de su período constitucional, el Vicepresidente asumiría la Presidencia y completaría el período.
Por eso es que sabotean el referendo revocatorio. Si a Maduro se le revocare el año 2017 y no este año 2016 como el pueblo reclama, entonces seguiría mandando el PSUV, con las mismas políticas, con los mismos ministros y estaría de Presidente quien Maduro designe antes de irse.
En vez de ser penalizado, el revocado sería premiado decidiendo la suerte de Venezuela. Ese es uno de los muchos absurdos de esa Constitución.
Los jerarcas del chavismo quieren evitar que los ciudadanos se expresen a tiempo, que no puedan corregir el errático rumbo de un gobierno que ha arruinado a Venezuela.
Total, la fulana democracia participativa era un cuento de camino. Lo único que les importa es el poder por el poder.
@claudioefermin @claudiocontigo