El dinero en efectivo es un lujo, no sólo por su valor real numérico. Hoy existe una notable escasez de billetes y tener los 100 o 50 a través de un retiro regular del banco, o por cajero automático, pueden significar una inversión de horas buscando cuál cajero automático tiene dinero y luego hacer colas, que se dilatan hasta por más de dos horas.
En muchos establecimientos de San Cristóbal y todo el Táchira hay letreros que dicen, “No hay punto, solo efectivo”. Ese aviso no significaría gran cosa, si obtener el efectivo fuese un proceso regular, como sucede en otras ciudades del país. En la región andina las colas en los cajeros automáticos pueden dilatarse por más de hora y media, y los fines de semana amanecen las cajitas de billetes sin nada que dar.
Si se acude a la agencia bancaria no entregan más de 10 mil o 20 mil bolívares en efectivo a cada cliente, y la mayoría de veces el dinero se otorga en billetes de baja denominación de 5, 10 o 20.
Esa cantidad aunque pequeña al momento de consumir, es enorme en volumen, “uno debe llevar una bolsa. Fui a cobrar 10 mil bolívares y me los entregaron en billetes de 10, pero no había más opción. El cajero del banco me dijo: lo toma o lo lleva. Y me lo traje. Lo peligroso es que te atraquen por esa migaja de plata que se te va en una entrada a la farmacia o al supermercado”, cuenta Valentina Jaimes, mientras hace cola para lograr sacar dinero de un cajero en Barrio Obrero, San Cristóbal. “Ojalá el cajero no lo dejen pelado antes de que llegue yo, porque ya me ha pasado”, remata.
En la misma cola aguarda Blanca Nieves, “Me pasó que conseguí una bolsa de leche en el Cosmos (supermercado) y cuando fui a pagar me dijeron que sólo efectivo. Casi lloró, no cargaba sino lo del pasaje y no me la vendieron, porque la cajera dijo que no podía recibir tarjeta de débito, eso retrasaba mucho la cola. Pero cómo hacemos para cargar efectivo, las colas de los cajeros son enormes, hasta dos horas. Es horrible. Nos racionan todo hasta nuestro propio dinero nos lo entregan a cuenta-gota. Además sacas 5 mil y se van en un momentito por lo caro que está todo“.
“En San Cristóbal yo no sé si son mafias, o la mafia es el gobierno y odian al Táchira y se inventan tantos cuentos, entre esos lo de los billetes. Porque fui a Caracas y es normal, en todas partes reciben pago con tarjeta, aquí es raro ya, donde lo reciben porque los comerciantes también se aprovechan y le sacan a uno el efectivo para los dueños hacer negocios o tener que ir por efectivo”.
A manera de ilustración, con mil bolívares un tachirense o venezolano no puede comprarse dos almuerzos ejecutivos, que son los más económicos del mercado, y tener mil bolívares en billetes de 10, son cien billetes. Una bolsa pequeña. Transporta 5 mil bolívares equivale a 500 billetes de 10, un paquete grande, y con esta cantidad no puede hacerse un mercado básico, por ejemplo.
¿A dónde van los billetes?
El dinero efectivo comenzó a escasear de manera extraordinaria en el Táchira desde hace unos seis meses. Era llevado a la frontera y pasado a Colombia, donde pagaban 120 bolívares por cada 100. Quien realizaba esa acción, debía cumplir varias condiciones para lograr la ganancia, primero llevar billetes de la más alta denominación que circula en Venezuela, de 100 o 50 y el monto a cambiar no debe ser menor a 50 mil bolívares.
Una vez entregado el dinero en casas de cambio y otros negocios que reciben los bolívares en Colombia, la persona obtiene vía transacción electrónica, el depósito de lo convenido. Esa es una de las razones por las que conseguir efectivo en San Cristóbal es muy complicado y los billetes de 50 y 100 son recogidos y desviados a otros fines. Por su parte, las entidades bancarias, de acuerdo a testimonio de un empleado del banco, disminuyeron el giro de billetes de esa denominación a la región tachirense.
Llevar montos en efectivo hacia Colombia, es catalogado delito, y algunos ciudadanos han sido detenidos por transportar cantidades considerables.
El delito que se imputa a quien traslada 100 mil bolívares o más hacia Colombia, y es sorprendido en la frontera con esa cantidad, sin ser declarada, es legitimación de capitales, que lo definen de la manera más sencilla como el proceso de esconder o disimular la existencia, origen, movimiento, destino o uso de bienes o fondos que proceden de una fuente ilícita, para convertirlo luego en fondos legales.
Este negocio al margen de la ley, de llevar dinero venezolano a Colombia surge desde hace menos de un año y es originado por la misma economía enferma que tiene Venezuela. En este caso la ganancia de quien se dedica a esta práctica radica en el valor del peso con respeto al bolívar.