Este lunes se restableció el paso en la frontera del Táchira para estudiantes venezolanos que estudian en Colombia. Los requisitos para pasar siguen siendo múltiples, controles extremos y horas de espera que les hace perder clases y hasta semestres.
Para cualquier estudiante del resto del país puede resultar complicado ir a su universidad o colegio, porque no pasa el autobús o porque no tiene dinero para el pasaje. Pero para el estudiante tachirense que decidió cursar estudios en Colombia, por la cercanía y las relaciones tan estrechas, es un sacrificio diario lograr la meta de llegar al aula de clase, después del 19 de agosto cuando se cerró la frontera.
Este lunes se reanudó el paso, para los estudiantes, interrumpido por vacaciones, y solo pudieron cruzar unos 250. La reapertura condicionada, de acuerdo al gobernador del Táchira José Vielma Mora, es solo parte de «un dispositivo especial de paso fronterizo por el inicio de clases en Colombia», y recordó que esta medida se tomó antes, cuando ocurrió el cierre hace más de cinco meses.
Los requisitos
Los estudiantes, para poder lograr su objetivo de cruzar la frontera a recibir clases en Colombia, de los grados de primaria, bachillerato y universidad, tienen que llenar una serie de requisitos como constancia de estudio con copia de su horario, constancia de residencia del lado venezolano, emitido por un Consejo Comunal, copia de sus documentos de identidad y presentarlos en el comando del Ejército de la frontera. De ser aprobado su pase, integrarán una lista cifrado con un número que lo identifique.
Como un judío en época de nazis
Cada día que van a clases, deben presentarse varias horas antes de lo previsto por si tienen inconvenientes, relata un joven estudiante de odontología en Cúcuta.
“En ocasiones uno llega, hace la fila, en la que me siento como un judío con nazis. Bueno, hago la cola y espero que llegue el autobús que nos llevará hasta el puente por el lado venezolano. Antes de subir nos chequean en la lista, nos revisan, nos preguntan qué llevamos. Otros días preguntan menos, todo depende de los militares en ese punto”.
Cuenta el estudiante, que pidió no ser identificado, que la espera para poder cruzar hacia Colombia se ha dilatado hasta por 3 horas, por eso cuando tiene clases a las 7 de mañana, debe dormir en el vecino país.
“Buscar donde quedarse, porque pagar allá hotel es muy caro para los venezolanos y uno ya paga la universidad, que es cara en bolívares. Muchos perdieron el semestre o se retiraron esperando que todo se normalizara porque así, como estamos, el sacrificio es enorme para cruzar. Yo seguí porque me falta poco para terminar la carrera”.
Otras de las anécdotas que cuenta otro tachirenses estudiante universitario, tiene que ver con la dificultad para pagar su inscripción en la universidad.
“Uno en Colombia no tiene cuentas, así que siempre hemos pagado en efectivo, pero como el bolívar está tan devaluado, yo debí pagar ahorita por inscripción más de 200 mil bolívares, y pasarlos me llevó más de dos días, hasta que el comandante aceptó darme el permiso. Pasé e iba con dos tremendas bolsas negras donde llevaba los billetes, hasta de 20, porque conseguir efectivo en la frontera es casi imposible, así que reunía como podía”.
Los niños que estudian los primeros grados de primaria y que están matriculados en los colegios colombianos, pueden pasar con su madre o representante, quien también debe pedir permiso.