El paso de la ‘revolución’ y el desinterés gubernamental se apoderaron de los distribuidores de Maracaibo, pues estos parecen un desierto.
No, no es un escenario de Star Wars, ni tampoco son los Médanos de Coro, este es uno de los distribuidores de Maracaibo, el cual ha sido víctima del paso del PSUV por el Zulia.
El Distribuidor Dr. Humberto Fernández-Morán era conocido como el “jardín del oeste”, debido a la gran belleza natural que ostentaba desde su construcción en la gestión del exgobernador del Zulia, Manuel Rosales, pero tras los años pasó a ser un gran desierto, pues los pocos árboles que le quedan sobreviven entre la sequía y la falta de atención, sus fuentes y lagunas artificiales técnicamente no funcionan y se han convertido en la piscina pública de algunos indigentes.
Este estratégico distribuidor sirve para conectar las avenidas Circunvalación 2 y La Limpia, y por él transitan a diario miles de conductores quienes no dejan de manifestar su descontento ante la grave situación en la que se encuentra esta infraestructura.
“Recuerdo que cuando lo inauguraron eso era grama en su totalidad, se veía verdecito, bien bonito y tenía ahí siempre trabajadores que le hacían mantenimiento…, pero mira como está ahora y ese no es el único porque hay otros que van por el mismo camino”, manifestó Javier Miquilena, habitante de Maracaibo.
Jessica López, otra habitante de la zona, también lamentó la situación del distribuidor y criticó que el actual gobernante se haya olvidado de la importancia y el mantenimiento que requieren estos conectores viales.
“Cuando la campaña, pusieron vallas por aquí y por allá, en eso sí que gastaron plata y por montón, pero esta obra es competencia del actual gobernador y a Arias Cárdenas pareciera que le molestara todo lo bonito que dejaron los antiguos gobiernos”.
Debajo del distribuidor era recurrente que se desplegaran alcabalas viales, las cuales también han desaparecido con el tiempo, tal como lo asegura Merlín Gámez, habitante de Maracaibo.
“Yo trabajo en Galerías y todos los días debo pasar por debajo del distribuidor, hay veces que he tenido que correr porque ya me han robado en dos oportunidades allí, de noche ni las luces le sirven, antes por lo menos había una que otra patrulla ahí parada pero ahora no, estamos a merced de los malandros”.
Otro habitante de Maracaibo llamado Américo Peña, relató algunas de las estrategias que emplean quienes escogen este distribuidor para realizar sus fechorías.
“Una vez un tipo se tiró a la carretera, pidiendo ayuda como si estuviese malherido y cuando paré a ayudar me sacó una pistola…, no sólo hombres también mujeres, paran el carro piden que las auxilien y dentro del vehículo está otra persona armada, ahí es donde te quedas sin el chivo y sin el mecate”.
Quienes a diario transitan por allí claman que no sólo se le devuelva el esplendor al “jardín del oeste”, sino que además se habiliten puntos de seguridad en la zona.