En Guayana reclaman el mal manejo de fondos públicos al conocerse que quitarán paradas del BTR, luego del gasto millonario en su construcción.
Al menos unos 500 millones de bolívares se invirtieron en la construcción de paradas del sistema de Buses de Tránsito Rápido (BTR) en Ciudad Guayana, un proyecto que desde sus inicios dejó entrever la improvisación y falta de planificación en lo que implicaba no solo la solución a la crisis del transporte público sino el tráfico vehicular.
Antes de su también improvisada inauguración, a pesar de no haberse culminado en su totalidad la construcción de las 24 paradas exclusivas para las unidades del BTR en Guayana, fue criticado el hecho de que para ello se redujera un canal en vías rápidas para que los autobuses contaran con un canal exclusivo; tampoco se previó los pasos peatonales y pasarelas, ya que las estaciones están dispuestas del lado izquierdo de las avenidas, ni cuentan con fácil acceso para las personas con discapacidades.
Por si fuera poco, algunas de las paradas, en especial las ubicadas en el Paseo Caroní, específicamente en los sectores Unare y El Guamo, en Puerto Ordaz, presentan evidentes obstáculos viales por la mala disposición de brocales para dividir el canal exclusivo del BTR con el del resto de los vehículos, ocasionando constantes accidentes de tránsito, y hasta un fallecido.
Muestras de la improvisación
Este martes el gobernador del estado Bolívar, Francisco Rangel Gómez, anunció que serían eliminadas todas las paradas que presentaran obstáculos en la vía, pero para los ciudadanos la pregunta es ¿qué pasa con el gasto millonario que se hizo en la construcción de las mismas?.
“Esto demuestra la ineficiencia y corrupción del Gobierno. Después que gastaron esos reales en algo mal hecho, ahora es que se dan cuenta de que no lo hicieron bien”, manifestó Federico Sanó.
Otra usuaria del transporte público en la ciudad considera que la apresurada inauguración simplemente obedeció a un intento del Gobierno por ganar votos para las parlamentarias del pasado 6 de diciembre.
“Fue una irresponsabilidad inaugurar algo que no estaba terminado y ni bien planificado, porque los autobuses ni siquiera usan esas paradas que en la noche no tienen ni iluminación”, dijo Jessica Mata.
Además del desastre vial que implicó la construcción del sistema BTR sin la planificación adecuada, también se generó un daño ambiental con la deforestación de árboles para la ubicación de las paradas.