bicentenarioLa “operación gorgojo” en Abastos Bicentenario dejó personas detenidas por presunta corrupción, pero la gente sigue sin conseguir comida.

Algunos consumidores confiaron que con la “operación ataque al gorgojo” que inició este lunes con la detención de 49 empleados de los Abastos Bicentenario se corregirían las irregularidades con respecto a la venta de alimentos y artículos de primera necesidad en estos establecimientos, pero al menos en Puerto Ordaz, esto no ocurrió así. Los guayaneses siguen acudiendo como de costumbre a hacer su cola a las afueras del Centro Comercial Zulia, en Puerto Ordaz, donde se ubica el único abasto Bicentenario de Ciudad Guayana.

Ya este miércoles, en horas del mediodía, la cola desapareció, pero no porque la gente hubiese podido comprar, sino que no tenían nada de lo que necesitaban para llevarse a sus casas. “En Bicentenario no hay nada que vender, todo lo tiene el Sebin”, dijo una señora al salir del abasto. Ciertamente, el Servicio Bicentenario de Inteligencia Nacional (Sebin) incautó de manera “preventiva” al menos cuatro toneladas de alimentos.

En total fueron incautados 15 sacos de 50 kilos de azúcar, 66 compotas, 40 cajas de jamón endiablado, 50 cajas de salsa de soya, 48 bultos de pañales, 29 cajas de salsa de ajo, 63 cajas de galletas Club Social, 53 juguetes infantiles y 19 televisores led.

“No es posible que los niños estén pasando hambre, estén desnutridos porque las madres no tienen cómo alimentarlos bien y ellos tengan acaparadas esas compotas y hasta los pañales que tanto problema da para conseguirlos”, criticó Analkali Ramos.

Los usuarios esperan que se restituya la venta al público de los productos incautados.

Defienden inocencia de empleados

En la mañana de este miércoles, día en que fueron presentados ante los tribunales de Puerto Ordaz las cinco personas detenidas por presunta corrupción en la distribución de alimentos, trabajadores del Abastos Bicentenario protestaron en rechazo a las acusaciones contra sus compañeros.

Sobre los sacos de 50 kilos de azúcar, alegaron que los mismos pertenecían a la panadería del establecimiento, inoperativa desde hace al menos seis meses, aclarando que los 50 kilos son por saco y no están distribuidos en unidades de al menos un kilogramo para colocarlo a la venta.

Sin embargo, los usuarios insisten en acusar a los empleados, en complicidad con la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), de mantener una mafia para vender los primeros puestos de la cola e incluso permitir el ingreso de otras personas antes de que el abasto abra operaciones al público.