Las empresas del Estado en Guayana generan más pérdidas que ganancias y están lejos de calificarse de “recuperadas”.
El gobierno se vanagloria de las empresas del Estado hablando de su producción y recuperación, con cifras que no se ven reflejadas en resultados. Prueba de ello son las industrias básicas de Guayana, hoy prácticamente en las ruinas, en comparación a lo que fueron por lo menos 10 años atrás.
Es de recordar la afirmación que hiciera recientemente el ministro Industrias Básicas, Juan Arias, sobre el incremento de la producción “dos, tres y hasta cinco veces”, en aquellas compañías privadas que hoy son empresas del Estado.
El nuevo ministro de Industria y Comercio, Carlos Faría, estuvo recientemente en las instalaciones de Aluminios de Caroní (Alcasa) con muy poco recibimiento por parte de los trabajadores. Ni el presidente de la empresa, ni el sindicato estuvo presente.
Mientras el gobierno habla de empresas recuperadas por el Estado, trabajadores de CVG Alcasa, por ejemplo, manifiestan su preocupación por la baja producción. De 396 celdas, apenas cuentan con 48 operativas.
“Queremos saber ¿qué es lo que hará el Ministerio de Industrias?”, manifestó Henry Arias, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Alcasa (Sintralcasa).
Más deudas
Además, se suma a ello la deuda tan solo en intereses de prestaciones y días adicionales, la cual acumula un monto de más de 900 millones de bolívares, sin contar con los dos meses de bono de alimentación, tres de caja de ahorro y prestaciones sociales que adeuda.
Venalum y Carbonoca salieron de esta deuda, pero en cuestión de productividad no se diferencia del resto de las empresas del Estado. Carbonorca salda una deuda pero enfrenta otra, pues tienen retraso en el pago del salario y el transporte de personal está suspendido.
Sidor, la más grave
La Siderúrgica del Orinoco “Alfredo Maneiro” es una de las más afectadas y que enfrenta la crisis de la improductividad de las empresas del Estado. Después de seis meses de estar prácticamente paralizada, Sidor produjo nuevamente sus palanquillas a un 15% de su capacidad instalada.
Pero no es todo. De acuerdo con la Asociación Mundial del Acero (World Steel Association en inglés), entre enero y junio de 2016 la producción de Sidor se redujo en 94%, en comparación con lo producido antes de que pasara a formar parte de las empresas del Estado.
En el primer semestre de 2016, la producción de acero en Sidor fue apenas de 37 mil toneladas, el nivel más bajo de su historia. Para el mes de julio cerró solo con 166 coladas, las cuales representan un 7% de lo producido en 2007, 2.350 coladas.
De enero a julio van 412 coladas, siendo un 2.5% de lo producido antes de 2007, año en que Sidor fue estatizada. Por otra parte, hay que destacar que la empresa consume mil megavatios, pero hoy solo dispone de 250 megavatios, la cuarta parte de su requerimiento diario.
Negativa del gobierno
A propósito del referendo revocatorio, la Ley de Producción Nacional en la Asamblea Nacional, entre cuyas propuestas se plantea colocar las empresas expropiadas en manos de quienes las pongan nuevamente en producción, el gobierno venezolano no da su brazo a torcer, negando la realidad de lo que hoy vive cada una de las industrias.
“Nosotros no vamos a dar ni un milímetro de paso atrás”, dijo recientemente en su programa Con el Mazo dando, el diputado a la Asamblea Nacional y primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, sobre las empresas del Estado que insisten han sido recuperadas.
“Yo les voy a decir algo burgueses, nosotros estamos decididos a ser libres, total y absolutamente libres, no nos vengan a decir ahora que las empresas privadas van a salvar la revolución, a la revolución la va a salvar es el pueblo”, reiteró Cabello.