El Gobierno en complot con el TSJ, dejó a los habitantes de Mata Redonda atados de manos en medio de la contaminación del Lago de Valencia.

El Gobierno nacional en complot con el Tribunal Supremo de Justicia y el gobierno de Aragua, violaron el derecho constitucional de 512 familias en el urbanismo Mata Redonda afectado por el Lago de Valencia, al sur de Maracay.

La falta de saneamiento del Lago de Valencia fue el detonante del vía crucis que aún les toca llevar a los habitantes de Mata Redonda, quienes aseguran sobrevivir entre la miseria, contaminación, delincuencia e invasiones que se apropiaron del sector donde las familias propietarias prácticamente permanecen presas dentro de sus inmuebles.

Marianelly Nieves relata la crítica situación que les toca sobrellevar en un país donde el Gobierno viola de manera flagrante y descarada todos los principios constitucionales que en el papel garantiza la calidad de vida y el derecho a la salud.

El crecimiento desaforado en los niveles del Lago de Valencia comenzaron a hacer estragos en Mata Redonda porque nunca se dio cumplimiento a los trabajos de saneamiento y control del reservorio natural. Los habitantes ejercieron un recurso de amparo constitucional al que la Sala Constitucional en sentencia 1632 de agosto de 2006 y ponencia de Pedro Rondón Haaz, ordenó el desalojo de los afectados, previo avalúo de las viviendas y cancelación de los inmuebles. Por último, se ordenaba la demolición de las casas. Con esto quedaba claramente establecida la responsabilidad del Ministerio del Ambiente que no ejecutó los trabajos de saneamiento y control del Lago de Valencia y en consecuencia, los habitantes de Mata Redonda fueron afectados.

“Vivimos aquí obligados, esto no es vida para nadie”

Los trabajos de avalúo de inmuebles, cancelación, desalojo y demolición de las casas comenzó y al menos mitad de los urbanismos Mata Redonda y La Punta salieron del mapa. El ministerio del Ambiente y el Gobierno del entonces gobernador de Aragua, Rafael Isea, oscurecieron el panorama cuando en recurso intentado por el Minamb, otro pronunciamiento de la Sala Constitucional se contradijo y en sentencia 1362 de 2012 ordenó que a nadie se le cancelaría los inmuebles. La opción fue acordar un “casa por casa”, lo que terminó en pocas entregas de inmuebles que no se correspondían ni parecían a las viviendas donde habitaron los afectados por 30 años.

La situación empeoró porque ni siquiera el Gobierno regional       ejecutó la sentencia completa, pues quienes aceptaron el “casa por casa” abandonaron los inmuebles que finalmente no fueron demolidos. Las invasiones se concretaron ante la vista de un Gobierno ineficiente que no pudo controlar la situación o que de manera cómplice permitió la entrada de invasores para propiciar que los residentes que se mantenían en exigencia de la indemnización pecuniaria, desistieran de la isea y salieran despavoridos del urbanismo.

“Nos han fregado desde todo punto de vista. El Gobierno no cumplió con la primera ni la segunda sentencia. El gobierno de Aragua no era parte de la sentencia pero se metió a picar la torta y ahora ofrecen solución ‘fuera de sentencia’ y las viviendas que entregan son en calidad de donación. Aquí los únicos beneficiados fueron todos los ministros de Ambientes con la cantidad de recursos que les entregaron y que nunca llegaron aquí”, dijo Marianelly Nieves una de las propietarias afectadas en Mata Redonda.

Nieves sostiene que en mata Redonda se sobrevive. Dice que allí nadie puede vivir, porque ese no es vida para nadie.

Calles inservibles, cloacas colapsadas, delincuentes a toda hora…

Marianelly Nieves compró su vivienda en mata Redonda e invirtió todos sus ahorros en lo que considera que fue su vida productiva. La intención fue tener una casa, un hogar donde pasar tranquilamente el resto de la vida. Debió retirarse del trabajo para atender a su progenitora enferma, por lo que montó una bodega en su casa para generar ingresos. Eso también desapareció, porque a raíz de las invasiones en las viviendas no demolidas, se incrementaron los hechos delictivos.

“No se puede tener un negocio porque te roban, quitaron las dos comisarías policiales que estaban en el urbanismo».

«Estamos a merced del hampa y la contaminación del río Madre Vieja y el Lago de Valencia, las calles destrozadas, el tierrero, aquí todos padecemos problemas respiratorios porque nos tragamos cualquier cantidad de porquería, todo esto no lo ganamos por estar metidos en un foco de contaminación y eso no le importa al Gobierno”.

El desequilibrio emocional se presenta ante la paranoia colectiva de los residentes de Mata Redonda cada vez que llueve, siempre se inundan por el drenaje del urbanismo no funciona, las cloacas están colapsadas y ni siquiera las pocetas bajan de manera efectiva.

“Todo crea un impacto emocional al ver como se deteriora el patrimonio, el lugar donde se pensó que íbamos a envejecer».

«Perdimos la casa, no se puede alquilar ni vender, estamos sujetos a la decisión del Gobierno porque si la vendes vas presa por estafa, el Gobierno nos dejó atados de mano y metidos en un hueco que va mermando la salud física, mental y emocional”.