Durante 17 años el Gobierno socialista cubrió las necesidades de países amigos regalando petróleo y otros bienes de todos los venezolanos… hoy no tiene con qué cubrir las propias.
Los regalos que durante 17 años el Gobierno revolucionario de Hugo Chávez primero y Nicolás Maduro después, han hecho a sus aliados y amigos, amparados en la aplicación de una política internacional que privilegia a quienes simpatizan con lo que llamaron el modelo socialista del siglo XXI, está costando sangre sudor y lágrimas precisamente a quienes nada tuvieron que ver en el festín de los petrodólares, ni fueron invitados: el pueblo.
Los términos cooperación, complementaridad y solidaridad, fueron puestos en boga por el extinto presidente Hugo Chávez, quien contó con la gracia divina de una bonanza petrolera nunca antes vista, cuando el barril de petróleo superó la barrera de los 100 dólares
A través de documentos auditados por Petróleos de Venezuela (Pdvsa), según consta en la página web de la estatal petrolera, en 2013 la venta de petróleo y subproductos a países amigos, mediante acuerdos internacionales, se tradujo en una deuda de 20.578 millones de dólares. “Esto significó 40% más que la reflejada en 2011 cuando debían 14. 675 millones de dólares.
Según datos de Pdvsa, entre 2006 y 2014, Venezuela había enviado 186 mil barriles de petróleo por día a los países amigos, a través de Petrocaribe .
El economista Luis Oliveros, declaró a El Nacional en junio de 2015, que la factura por concepto de crudo vendido a las 18 naciones que integran la referida alianza, asciende a unos 50 millardos de dólares, pero que solo se han cobrado 20 millardos de dólares por envíos realizados dentro del convenio.
Explicó además que la cancelación no se hace sólo con dinero, también con bienes y servicios. Al menos 7 de los 18 integrantes de Petrocaribe han pagado el petróleo recibido con productos que van desde caraotas, hasta espejitos.
Oliveros aseguró que si el petróleo que va a Petrocaribe se vendiera en otros destinos, se estaría recibiendo dinero al momento y ello serviría para pagar parte de la deuda externa venezolana, cuyo monto no está claro, pero que con seguridad supera los 240 mil millones de dólares.
El abismo ya se dejaba ver
En enero de 2015, el gobierno venezolano descontó a República Dominicana 52% de la deuda que tenía con envíos de Petrocaribe. Debido a un pago adelantado hubo descuento, así el país canceló 1,9 millardos de dólares de 4 millardos que debían cancelar en 25 años.
Sobre este tema, el abogado y dirigente político del estado Anzoátegui, Pedro Galvis, calificó de vergonzosa la transacción, señalando que el Gobierno venezolano en su desespero por la falta de liquidez, consecuencia del derroche y la aplicación de erráticas políticas, seguía poniendo en peligro los intereses de todos los venezolanos. “Sería muy grave que este hecho se repita con otros países “, aseveró entonces Galvis.
Cuba: la niña bonita del Gobierno
Cuando del extinto presidente Chávez decía que Venezuela y Cuba serían un solo país, no era solo retórica en realidad su aspiración era asumir como propias las responsabilidades del país insular.
Por ello, según datos de Pdvsa, Cuba recibe un porcentaje mayor de petróleo que el resto de los países que mantienen el convenio Petrocaribe.
Se señala que entre 2006 y 2014 La Habana recibió entre 46% y 60% de los 186.000 barriles por día enviados por Venezuela a Petrocaribe.
La factura petrolera es cancelada con servicios deportivos, médicos y de inteligencia, sin embargo, mantiene una deuda a largo plazo de 14,28 millardos de dólares que equivale a casi la mitad de la deuda total de la alianza.
Desaparecen las cifras y se impone el oscurantismo
Obtener información sobre la actividad de la industria petrolera nacional, volumen de producción o planes a futuro o cualquier otro tema, es hoy tarea imposible, porque se trata de un tema tabú, un secreto de Estado. Así toda información que sea publicada, podría ser desmentida, aun cuando los venezolanos están en su derecho de saber qué hace el Estado con los bienes y riquezas de la nación.
Para nadie es secreto, que en Venezuela desparecieron las estadísticas e informes no sólo aquellos que tienen que ver con la macroeconomía y que por Ley debe publica el Banco Central de Venezuela como máximo instituto emisor, también los que corresponden al Instituto Nacional de Estadísticas INNE y hasta los boletines epidemiológicos que están obligados a publicar autoridades de salud, de forma tal que el ciudadano común sepa a qué virus se expone cuando sale a la calle.
Estadísticas no hay y las pocas que se publican, están maquilladas. No obstante, no se necesita ser experto en finanzas con maestría en economía para entender que “algo huele mal en Dinamarca” y que medidas como el aumento de la gasolina que habían sido postergada durante años, por su impacto social, recibieron luz verde.
El fracaso del modelo económico se refleja en los rostros de la madre que hace cola para comprar pañales, en el enfermo que deambula en busca de medicinas, en la barriada que pasa meses sin recibir agua potable y en los apagones que cada día nos recuerdan que luego de 2009, el país con las reserva de petróleo más altas del mundo, se lanzó desde el trampolín socialista, para sumergirse en una crisis humanitaria de la cual intenta emerger.