Políticas erradas en materia económica han sumergido a Venezuela en una de sus peores crisis. Urge cambiar a un modelo que impulse la producción

El reciente anuncio del Ministro de Industria y Comercio, Miguel Pérez Abad, sobre la fabricación de 66 millones de pares de zapatos para el presente año, deja al descubierto la poca profundización que le ha dado el actual gobierno a los diagnósticos sobre la economía del país. Gilberto Román, destacado economista anzoatiguense, refiere que el modelo aplicado en Venezuela ha fracasado en el mundo entero y que hoy el gobierno no ve el problema económico con la seriedad que requiere.

“Qué vamos a hacer con eso, comeremos tacón, comeremos suelas. Se siguen disparando a los objetivos equivocados, no se propicia el desarrollo armónico y se siguen confiscando las oportunidades de aumentar el flujo de divisas y ello afecta nuestra economía” expresa el experto.

Un aspecto que ha sido característico en la economía nacional es la manera como el actual gobierno le ha quitado competencias al sector productivo privado. Ello deja al ciudadano en una posición difícil pues se somete a una tasa inflacionaria que no puede sortear a pesar de los incrementos salariales decretados.

“La inflación para este año prevé cerrar en un 800 por ciento y lo grave es que no se tienen los dólares para poder importar, no por el descenso en los precios petroleros, sino por la falta de inversión ni ahorro en los tiempos de las vacas gordas, cuando se tuvo un promedio de 150 dólares en el precio del barril de petróleo” expresa Román.

Economía dependiente

El experto analiza la situación de la economía desde diversos puntos de vista, uno de ellos ha sido la pérdida del aparato productivo en el país, lo cual ha traído como consecuencia que la principal industria como lo es PDVSA, haya tenido que soportar la mayoría de los gastos de las empresas del estado.

“Para el año 98, previo al ascenso al poder del presidente Hugo Chávez, el 34 por ciento de los ingresos al país provenían de las industrias básicas de Guayana.  Hoy esas empresas no producen y sus gastos lo ha asumido Pdvsa” puntualiza con respecto a la situación.

Otro factor que incide directamente en el ciudadano común es la dificultad que hay para ahorrar en las instituciones financieras, no por la inseguridad que generen las mismas, sino porque estas no ofrecen una tasa de interés que pueda soportar la inflación existente.

“Para protegerse, los venezolanos deben comprar productos y revenderlos para mantener el precio protegido de nuestro bolívar” puntualiza el economista