economia informalEl poco poder adquisitivo del bolívar ha llevado a muchas personas a dedicarse a la economía informal.

La creciente pérdida del poder adquisitivo en Venezuela ha llevado a muchas personas a abandonar sus puestos fijos de trabajos para dedicarse a la economía informal.

Así lo confirmó El Correo del Orinoco, tras entrevistar a una serie de trabajadores de la “calle”, quienes aseguraron que laborando por su cuenta les resulta más beneficioso económicamente.

Y es que el salario mínimo en el país es de Bs 9.649 Bs, que dividido en dos quincenas, representa par de ingresos de Bs 4.824,5

Pero… ¿qué hace un venezolano de a pie con ese salario?

Esa pregunta se la hizo el vendedor de perros calientes Roberto Montiel, quien prefirió abandonar su puesto como trabajador en la refinería de Puerto La Cruz para vender sus “balas frías” en la avenida Municipal de la catalogada “ciudad turística”.

“Indiscutiblemente me va mucho mejor chambeando por mi cuenta. Como profesional ganaba salario mínimo, mientras que en mi puesto me meto hasta Bs. 8.000 diarios”.

Un caso muy similar es el del joven Eugenio Merchán, quien esta semana, “por casualidad”, empezó a ofrecer té de limón a las personas que hacían cola a las afueras del Gran Abasto Bicentenario, en la avenida Intercomunal Jorge Rodríguez, en Barcelona.

“Ya me he ganado Bs 4.000 y todavía no es mediodía. Eso es casi lo mismo que una quincena para cualquier profesional”, dijo.

Una carrera en taxi desde el aeropuerto José Antonio Anzoátegui, en la capital del estado, hasta Puerto La Cruz, tiene un costo de Bs 2.500. Ese monto se lo gana el chofer, dependiendo del tráfico, en un lapso de entre 30 minutos y una hora.

“Yo me gano esa plata en casi una semana como diseñador gráfico, dijo la joven guanteña Yaritza Morán.

Situación país

Según la Organización Internacional del Trabajo, en el 2014 había cerca de 130 millones de informales en América Latina.

Aunque aún no hay datos oficiales de este año, en la zona norte de Anzoátegui es un hecho que ha habido un ascenso en este tipo de “subempleos”.

Basta con recorrer las principales avenidas de la zona, donde se dejan ver comunicadores sociales, abogados y hasta médicos dedicándose al comercio informal.

Para el sociólogo Martín Cabezas, este fenómeno se debe a la poca capacidad que tiene la economía venezolana de absorber a los miles de profesionales que año a año se gradúan en la tierra de Bolívar.

“Si a eso le sumamos que la escasez de alimentos y productos ha provocado que se multipliquen los bachaqueros, hasta que no se estabilice la situación, todo será peor”.

Sobre la economía informal, Cabezas considera que puede generar ganancias “buenas” en el día a día, pero deja desprotegido jurídicamente a quien la ejerce.

“Quien vende perros calientes no cotiza al seguro, no tiene seguro médico ni caja de ahorros, lo cual es preocupante para esas personas ante un percance y pasará factura en la vejez”.