Los venezolanos se preguntan dónde quedaron los precios justos, pues la inflación sigue afectando los costos de los alimentos, regulados o no. En Guayana, un pollo de menos de 2 kilos supera los 2 mil Bs.
“Compré 10 pechugas de pollo y pagué 8.400 bolívares”, comenta Marysabel Villalobos, quien al igual que la mayoría de los guayaneses, se queja de que la inflación ataque a los alimentos que deberían venderse con los precios justos establecidos por el Gobierno, los cuales son productos de primera necesidad.
El kilo de pollo crudo lo venden en promedio a Bs. 1.500, mientras que el beneficiario tiene un precio regulado en Bs. 65 el kilo, pero encontrarlo es una odisea, cuando llega a los supermercados no pasan muchos minutos para que se forme las grandes colas a las afueras del establecimiento en cuestión.
Los revendedores, también llamados “bachaqueros”, venden el pollo beneficiario a 800 bolívares.
“Fui a comprar pollo y mi sorpresa fue cuando pregunto y me dicen que cuesta 2.000 bolívares y no llega ni a dos kilos, es como kilo y medio, en vez de pollo parece una paloma”, se quejó Mariannys Mejías.
La inflación en Venezuela sigue en ascenso, siendo los artículos de la canasta alimentaria uno de los de mayor preocupación en los guayaneses, pues en diciembre se incrementó a más de Bs. 70.000, mientras que la cesta básica superó los Bs. 120.000.