La desnutrición se profundiza día a día entre los niños venezolanos debido a la escasez de alimentos y al alto costo de los mismos. Hoy, los infantes sufren los embates de la crisis del país petrolero.

Debido a la escasez de alimentos, los docentes de educación física evitan poner a los niños a trotar porque no tienen fuerza ya que presentan un cuadro de desnutrición debido a que no están comiendo como es debido. En casa, la crisis que trae la escasez en Venezuela hace que una madre se alegre cuando ve en un supermercado un pote de leche, aunque el tormento y la pena surge al llegar a la caja y devolver el producto de un kilo que cuesta Bs. 9865.

“Casi 10 mil bolívares un pote que seguro ni trae el kilo completo. Cómo respondes tú si te preguntan qué compraste con tu quincena. Le dices ¿solo un pote de leche?. Por eso es que los niños se nos desmayan en la escuela al comenzar a entonar el Himno Nacional.”

Así lo denuncia con pesar Jenifer Guzmán, madre de una pequeña de 5 añitos, pero además docente, quien comparte con sus colegas el drama del hambre que viven los niños venezolanos.

“Si antes hablaban de desnutrición, ahora hay que cambiar ese concepto, porque aquí todos los niños sufren ahora de desnutrición. Los niños no se toman un tetero antes de ir a su escuela, o a media tarde, porque las madres no tiene para comprar la leche”.

Explicó que en “la cuarta” los pequeños siempre tuvieron el vaso de leche escolar que lo daban en la escuela.

“Ahorita cómo la mamá le da un vaso con leche, si un pote de dos litros cuesta 1900 bolívares. Qué mama tiene para comprar un pote o un litro de leche” se preguntó.

No más deporte para no gastar energía

La escasez en Venezuela y la falta de recursos de las familias para adquirir alimentos ha hecho, a juicio de Guzmán, que muchos niños no tengan un adecuado rendimiento escolar “porque el hambre les da sueño, no tienen la misma energía, no tienen un buen desarrollo motor”.

 

Sostuvo que colegas de educación física han optado por no mandar a trotar a los niños en sus clases pues al no comer, se tropiezan y no tienen fuerzas para mantener el equilibrio.

“Dos niños estaban trotando y se cayeron. Se rompieron los dientes porque no reaccionaron a tiempo para evitar el golpe en la cara. Eso es producto de la mala alimentación, del hambre”, sostuvo la docente.

Reseñó que ante esta situación “los profesores de educación física tienen una crisis porque no los pueden poner a trotar. Cuando les preguntan a los niños cuándo comieron pues dicen que su última comida fue el almuerzo del día anterior, o una arepita compartida con sus hermanos. Estos niños nunca tendrán el mismo rendimiento escolar ni un desarrollo normal”.

Lamentó que ante esta situación los profesores de deporte tengan que trazar otras estrategias de aprendizajes como el yoga, para no gastar la poca energía de los pequeños que rara vez consumen una proteína.