El Observatorio Político de América Latina y el Caribe advirtió que la democracia en Venezuela experimentó una regresión tanto en términos electorales como de libertades públicas.
El Observatorio Político de América Latina y el Caribe (Opalc) de la Universidad Sciences Po de París, publicó en su informe anual que la democracia en Venezuela y América Latina registró un retroceso significativo durante el año 2016. La organización precisó que ese paso atrás se ha reflejado entre otros puntos en una baja participación en los diferentes comicios o referendos celebrados, y genera a su vez inquietudes que obstaculizan el impulso económico.
El Opalc puso en su punto de mira la democracia en Venezuela y Brasil, pero consideró también que la escasa participación en el referendo sobre el acuerdo de paz en Colombia, del 37,4 %, o en las elecciones de Chile reflejan que la democracia no atraviesa en esos países una buena salud. Sciences Po destacó cómo en Venezuela no ha hecho más que aumentar el número de opositores, ya exasperados por la situación económica y humanitaria catastrófica del país.
«Antes se podía distinguir un régimen democrático de uno autoritario, ahora es cada vez más difícil», dijo en la presentación del informe el presidente del OPALC, Olivier Dabène.
El centro universitario criticó que la Organización de Estados Americanos haya optado por «la táctica del avestruz» en lugar de hacer valer su Carta Democrática Interamericana firmada en 2001 respecto a países como Venezuela, y que a nivel internacional no haya habido pronunciamientos firmes sobre la situación del país petrolero.
Sobre Brasil, dejó constancia de que, aunque el proceso contra la ahora ex presidenta Dilma Roussef respetó lo previsto por la Constitución, los motivos de la acusación contra ella son dudosos, y su destitución por unas maniobras fiscales consideradas ilegales se presenta como desproporcionada. Su repaso a los acontecimientos más destacados del año recalca cómo la región parece haberse acomodado a regresiones de ese tipo, del mismo modo que la comunidad internacional cierra los ojos a las derivas autoritarias de Rusia o Turquía, además para los representantes de la organización la desafección de la población abre la puerta a los populismos.