A la delincuencia en Venezuela ahora se le suma el robo de baterías y cauchos, esto debido a la escasez de ambos productos.
Luego que Daniela Reyes hizo un pequeño mercado con productos que cuestan conseguir a precio regulado, se disponía regresar a su casa, pero la delincuencia la sorprendió, su carro estaba sin batería, sin caucho de repuesto y puertas forzadas.
Daniela recibió el aviso de que en el supermercado Santo Tomé de Los Olivos, en Puerto Ordaz, estaban vendiendo “de todo”, entendiéndose esto como varios productos de la canasta alimentaria que escasean de los anaqueles, y además no había mucha cola para comprar.
Sin dudarlo se dirigió hasta el lugar y, efectivamente, había de todo: harina pan, azúcar, pañales, mayonesa, margarina “y otras cosas que no se consiguen”. Para pagar sí había cola, había problemas con el sistema y no todas las cajas estaban habilitadas, por lo que tardó tres horas para cancelar su compra.
“Salgo del supermercado y dejo a mi suegra pagando porque la niña estaba llorando, ya era la hora de darle tetero. Voy caminando hacia mi carro y le doy al control para abrir y no se activa la alarma, supe de inmediato que me habían robado la batería”.
En efecto, la puerta del copiloto estaba entreabierta, el capó levantado y sin batería. “No conforme con eso, reviso la maleta y se habían llevado el caucho de repuesto y otros pañales que había comprado ese día y unas bolas de perrarina (comida para perro), que tampoco se consigue”.
La policía sin actuar ante la delincuencia
Su indignación fue peor cuando llaman a la policía. La respuesta de uno de los oficiales del Centro de Coordinación Policial de Los Olivos fue decir que no sería ni la primera ni la última persona, porque todos los días la delincuencia roba en promedio de tres a cuatro baterías, al menos en ese sector.
“Lo peor es que me dicen que nos tenemos que acostumbrar”.
Ya no es suficiente si el centro comercial cuenta o no con vigilancia privada. En Orinokia Mall, también en Puerto Ordaz, se han reportado varias denuncias sobre robo de cauchos y baterías en el estacionamiento. Usuarios se quejan de la situación, ya que pagan Bs. 20 por el aparcamiento.
En el centro comercial Ciudad Alta Vista, ubicado e una zona céntrica de Puerto Ordaz, usuarios también se preocupan por el resguardo de sus vehículos pues la delincuencia se ve en cualquier lugar y hora del día, y consideran que el servicio de vigilancia no los exenta de ser robados.
“Mi esposa está en la farmacia, yo me quedé aquí cuidando el carro, las baterías no se consiguen, y si me la roban tengo que ir de madrugada a hacer cola, y si me roban los cauchos tengo que parar el carro porque eso está más caro todavía”, afirma Pedro Cova.
La escasez
La escasez y desabastecimiento de cauchos y baterías, teniendo incluso que hacer cola desde el día anterior y dormir a las afueras del negocio para poder comprar a precio regulado, o pagar a revendedores precios exorbitantes, agrava el problema de la delincuencia en Guayana.
El negocio de revendedores o “bachaqueros” se centra en la venta de “chivas”; pues en su desesperación, los conductores se arriesgan a comprar cauchos y baterías usadas, al menos para solventar de momento.
Algunas personas optan por pagar una buena propina la vigilante del centro comercial o al cuida carro de la zona donde se haya estacionado, a fin de que estén pendientes de su vehículo.
Hace unos meses en Puerto Ordaz, en las adyacencias de la feria de hortalizas de Villa Colombia, funcionarios policiales detuvieron a un sujeto que fue hallado en flagrancia durante el hurto de una batería. El individuo iba acompañado de su hija, quien llorando presenció la captura de su padre.