La vida del venezolano de hoy día discurre en un eterno desasosiego que se acentúa a como consecuencia de los deficientes servicios públicos, los cuales no funcionan o lo hacen a medias.
Desde hace más de década y media la población venezolana creyó en el discurso de Hugo Chávez , quien prometía que en revolución habría bienestar, servicios públicos de calidad y equidad para todos por igual.
Han bastado 17 años para corroborar que ciertamente, existe igualdad, pero porque en la Venezuela de hoy, todos hacemos colas, pasamos trabajo, carecemos de medicamentos, padecemos por falta de agua, de electricidad y de transporte, es decir estamos en la misma condición de precariedad, igualados pero por debajo.
Los rojo rojitos, los más vulnerables
En estados como Anzoátegui por ejemplo, ciudades como Puerto La Cruz y Barcelona, cuyos alcaldes son afectos al Gobierno, exhiben gran deterioro en los servicios públicos, como electricidad, agua, transporte y seguridad.
“Desde hace más de cuatro semanas no llega ni una gota de agua por tubería al sector Los Olivos de Puente Ayala en Barcelona y eso me ha contrariado para poder llegar a tiempo a mi trabajo”, comenta Josefina Guaregua, dependiente de una farmacia en el municipio capital.
Sectores como Colinas del Neverí, Vista Mar, Nueva Barcelona, Fundación Mendoza y los Tronconales, por referir solo algunos de los que permanentemente están sin agua, han realizado en lo que va de año más de 10 protestas en demanda del vital líquido.
Aunque las autoridades de la estatal hidrológica aseguran que los problemas en el suministro obedecen al fenómeno de El Niño, el expresidente de Hidrocaribe, Glend Sardi, asegura que más allá del fenómeno climático, está la impericia e incapacidad de quienes han estado al frente de la Hidrológica en manos del Estado.
Observa que mientras no se hagan las inversiones necesarias para mejorar la aduccción, aprovechando los recursos hídricos que tiene la entidad, como el río Neverí y el Turimiquire, será imposible evitar que por las tuberías sólo circule aire.
El especialista en ingeniería hidrológica afirma que la demanda actual, debido al crecimiento poblacional que ha experimentado el estado, se ubica en 6 mil 500 litros por segundo, pero la empresa hidrológica sólo está en capacidad de generar 3 mil 400 litros, lo que indica que el déficit es superior al 50% y mientras no se logre la adecuación mediante un proceso de inversión, será imposible poder ofrecer un servicio con calidad.
Entre tanto, la población debe asumir el costo que tal problemática genera, teniendo que comprar agua embotellada para el consumo y camiones cisternas para labores de higiene y aseo.
Con calor y a oscuras
Aura Gutiérrez trabaja como abogada de una conocida empresa de seguros y según comenta, la vida le ha cambiado de forma total:“Todos en mi familia se han acostumbrado, pero yo no logro hacerlo, me niego a tener que desmejorar mi calidad de vida, porque otros estén empeñados en que así sea”, afirma, refiriéndose a quienes están en el Gobierno.
Desde la perspectiva de la joven abogada, la calidad de vida del venezolano se fue a pique y aunque en el país se produzca el cambio que la mayoría espera, al menos deberá pasar una década para su recuperación.
“Yo quiero vivir en un país donde mi preocupación sea pagar mis impuestos, ahorrar para un propósito definido o preocuparme porque mi hijo sea un hombre de bien, porque estudie y se forme, no quiero pasar mis días pensando dónde conseguir harina, leche o papel toalet, pero eso es lo que quiere el régimen”.
En cuanto al servicio de transporte, el secretario general del Sindicato de los trabajadores de este sector, Lorenzo Rodríguez, sostiene que 70% de la flota está parada por falta de repuestos, como consecuencia de la escasez, lo que aunado al crecimiento de la población, genera una situación de congestionamiento, sobre todo en las denominadas horas pico.
Aunque en el estado fue puesto en funcionamiento el sistema de Bus de Tránsito Rápido, BTR, éste no ha sido suficiente, aunque las unidades son cómodas y bastante confortables.