A cuatro jóvenes venezolanos les aprobaron el cupo viajero 2016 por lo que se montaron en el avión para pasar unos días de vacaciones, lo que no sabían era que tendrían que mendigar para poder llevarse un bocado de comida durante su estadía en Madrid.
A tres meses de haber iniciado el año, el monto que tendrá el cupo viajero 2016 sigue siendo incierto. Sin embargo los venezolanos que tienen planes de viaje, ya sean de trabajo, estudios o vacaciones, solicitan ante Cencoex y el banco correspondiente, las divisas de acuerdo al país de destino, para poder tener el dinero necesario en el exterior.
Así fue el caso de cuatro jóvenes que planificaron unas vacaciones de tres semanas en Madrid, España e hicieron los trámites correspondientes para garantizar que contarían con dinero para pagar el hospedaje, comida, paseos y lo básico para gastar durante el viaje. El pasado 11 de febrero llegaron a Madrid con la ilusión de pasar unos días de esparcimiento, pero la realidad fue otra.
El cupo viajero 2016 les fue aprobado a través del Banco Bicentenario, sin embargo al intentar retirar dinero por los cajeros automáticos, la operación era rechazada. Aquí empezó el periplo de estos jóvenes venezolanos. Lo intentaron una y otra vez, y nada. Recurrieron a una amiga que tenían en Madrid para contarle lo sucedido y pedirle ayuda para pasar la noche, con la esperanza de que al siguiente día se solucionaría la situación, y no fue así.
Su amiga a su vez, recurrió a un grupo de periodistas socios de la asociación Venezuelan Press, para pedir ayuda para ellos y tratar de conseguirles alojamiento y comida. La solidaridad que caracteriza a los venezolanos no se hizo esperar y la respuesta fue inmediata. Se consiguió un alojamiento en un apartamento a un precio más económico; un emprendedor en el área de gastronomía les abrió las puertas de su local de arepas y los invitó a comer las veces que lo necesitaran, otra persona les llevó unas bolsas con mercado hasta el apartamento y de esta manera pudieron pasar los días en Madrid, de manera austera.
Para pagar el alojamiento, los muchachos tuvieron que vender prendas de oro como zarcillos, cadenas y una de las parejas hasta vendió sus anillos de matrimonio. Cuentan que la decisión no fue fácil pero era la única manera de conseguir dinero para pagar los gastos.
Gabriela León, una de las muchachas afectadas, dijo que para conocer un poco la ciudad, caminaban horas desde su lugar de hospedaje, pues el poco dinero que lograron recolectar, no les alcanzaba para pagar transporte público, pues también es costoso.
Como ellos, muchos venezolanos a los que les fue aprobado el cupo viajero 2016 a través del Banco Bicentenario, a travesaron por un mal momento al encontrarse a miles de kilómetros de Venezuela, sin dinero para pasar la noche bajo un techo o comer.
Sorpresivamente las tarjetas de crédito de los jóvenes pasaron a cinco días de finalizar el viaje, pero esto solo duró unas horas. Según denunciaron otros venezolanos a través de la red social Twitter, la situación se daba en diversas partes del mundo y señalaban que había un fallo en la plataforma, sin embargo el Banco Bicentenario no ofreció explicaciones ni se hizo cargo de los daños ocasionados.