La ciudadanía hace rato dejó de confiar en el sistema penitenciario del Estado. Dos fugas en dos meses activan las alarmas por un repunte de la inseguridad.
Para los habitantes del estado Bolívar, en especial los que residen en Ciudad Guayana, las cárceles no significan una garantía de seguridad, pues consideran que el sistema penitenciario en la región está vulnerado y marcado por la corrupción.
En tan solo dos meses se han registrado dos fugas de reos en dos recintos penitenciarios del estado Bolívar. La primera tuvo lugar a finales de septiembre; cuando 27 reclusos del Internado Judicial de Vista Hermosa, en Ciudad Bolívar, capital de la entidad, se escaparon entre el 22 y el 23 de septiembre, pero fue un mes después cuando se percataron del hecho.
¿Por dónde se fugaron?, ¿tuvieron cómplices? Nadie lo sabe. El hecho es que los funcionarios del recinto evidentemente se saltaron parte de sus obligaciones, entre las que se incluía el conteo diario de los reclusos, tarea que según una fuente ligada al sistema penitenciario en la zona tenía tiempo sin ocurrir.
“O sea, se les fugaron en las narices… yo pienso que hubo complicidad interna, pero de todas maneras para nadie es un secreto que los malandros son los que mandan en las cárceles, no los guardias”, dijo Benjamin Cova, un joven de 28 años al expresar su opinión sobre las fugas de reos.
Recientemente fue detenido uno de los fugados de Vista Hermosa, quien aseguró que no fueron 27 sino 29 los fugados, aunque ninguna fuente oficial se ha pronunciado para confirmar o desmentir el hecho.
“Las autoridades no hablan, no hacen nada, para ellos todo está bien y cada vez vivimos más paranoicos por la delincuencia”, agregó Cova.
El lunes 16 de noviembre tres reos se fugaron de la cárcel de El Dorado, localidad ubicada al sur del estado Bolívar. Estos limpiaban áreas verdes en compañía de los custodios, pero tiempo después ya no se sabía nada de los presos, por lo que se presume de la complicidad por parte de la policía.
“La situación de la inseguridad cada vez es más grave. Ya no basta con que los metan presos, porque si no se fugan, los mismos policías los sueltan a los tres días y vuelven a la calle a robar y matar”, manifestó Indira Palma, ama de casa.
El silencio de Estado sigue destacando en lo que significa la vulnerabilidad del sistema penitenciario en al región. La titular de este ministerio, Iris Varela, admitió la primera evasión de reos, aunque se escudó en decir que el suceso obedeció a un hecho de corrupción. Mientras tanto, la ciudadanía sigue desconfiando de los cuerpos de seguridad y sus políticas.