El cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo, sin embargo, los niños con esta patología se aferran a la vida a través de las sonrisas.
Un diagnóstico de cáncer es desgarrador a cualquier edad, pero mucho más cuando se trata de un niño. A diario familias enteras se sacuden cuando el cáncer inesperadamente toca la puerta de sus hogares.
La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) revela que, a nivel mundial se diagnostican 215 mil casos al año en niños menores de 15 años, y aproximadamente 85 mil en adolescentes entre 15 y 19 años de edad. Tristemente, según datos de la Organización Mundial de la Salud, tan sólo un 20% de la población mundial de niños con cáncer puede acceder a los diagnósticos y tratamientos adecuados para lidiar con esta enfermedad.
Venezuela no se escapa de esta lamentable realidad, y es por ello que, para motivar, regalar vida, pero sobre todo sonrisas, han nacido a lo largo de los años diferentes organizaciones para apoyar a los niños con cáncer y ayudarlos a librar la gran batalla.
Fundación Compañeros de Batalla: “Regalando sonrisas de esperanza”
Entre esas tantas organizaciones está la Fundación Compañeros de Batalla (Fcbatalla), la cual nació en el año 2009 de la mano de Luz Marina Cristalino, quien acompañó en el recorrido del cáncer a una de sus hijas. Para Cristalino ese trayecto no fue nada fácil, por eso un día organizó un plan vacacional con el fin de apoyar a los niños y jóvenes en su lucha contra el cáncer llamándolo «Encuentro de sonrisas», el cual tenía como único norte hacer más felices las vidas de estos pacientes.
Los resultados fueron memorables y el plan vacacional se extendió año tras año, llevando a los niños más que alegría, la esperanza de vivir. Un grupo de estudiantes y profesionales, dedicados a convertirse en verdaderos compañeros de los niños y jóvenes en su batalla contra el cáncer, terminan de engranar esta fundación en el 2011, logrando disminuir el impacto emocional, no sólo de los pacientes, sino también el de sus familiares mediante el desarrollo de actividades lúdicas y recreacionales con el fin de mejorar su calidad de vida y devolviéndoles las ganas de sonreír.
Desde ese entonces la Fundación Compañeros de Batalla ha acompañado y apoyado en su lucha contra el cáncer anualmente a más de 100 niños y adolescentes de los diferentes hospitales de la ciudad de Maracaibo.
Una de las voluntarias de este maravilloso equipo de batalla, llamada Luz González, manifiesta que su experiencia ha sido magnifica, pues considera que la acción más hermosa que puede hacer un ser humano es ayudar.
“¡Regalar una sonrisa! ¡Apoyar a quien más lo necesita! Qué mejor manera que usar mis conocimientos, mi carrera y mis ganas para poder brindar mi apoyo a esta fundación y que ellos puedan seguir ayudando a más niños”, exclama González.
Esta voluntaria manifiesta que, convivir a diario con estos niños, la ha renovado como ser por poder entregar un poco de vida con cada atención, con cada juego, con cada abrazo, pero sobre todo con cada palabra de aliento, mucho más cuando se ha vivido el cáncer de cerca.
“Nosotros nos lanzamos en el suelo a jugar con los niños, a apoyar a los papás cuando la tristeza los invade, porque eso es lo que la mayoría somos ¡Compañeros de batalla!…, la mayoría somos sobrevivientes de cáncer, sabemos la angustia, el miedo y la incertidumbre que nos invadió en alguna oportunidad cuando lo padecimos y por eso sabemos cómo trabajar con nuestros guerreros, para nosotros es fundamental velar por su tranquilidad emocional, una sonrisa es la mejor terapia contra el cáncer, por eso nuestro slogan es: Regalando sonrisas de esperanza”, manifiesta González.
“Los agasajamos cuando salen de tratamiento celebrando así la importante victoria”
La premisa de la Fundación Compañeros de Batalla es que el juego es parte fundamental de la vida de cualquier niño y se convierte en algo esencial cuando está enfermo. Por eso, esta fundación diseñó programas que les permite mantenerse, por un momento, alejados de la enfermedad e incluso, en los que el aumento de endorfinas les ayude a aumentar sus defensas.
“Nosotros desarrollamos actividades lúdicas como manualidades, talleres creativos, brindamos atención individual en las habitaciones para aquellos niños que debido a sus condiciones de aislamiento no pueden compartir juegos con otros niños, hacemos sesiones especiales de títeres, cuentacuentos, magia, música y los agasajamos cuando salen de tratamiento celebrando así la importante victoria”, afirma González.
Mientras haya sonrisas, habrá esperanza y vida
Para la Fundación Compañeros de Batalla la prioridad es crear programas sociales que generen una ayuda económica para la manutención y apoyo a los padres de bajos recursos e ir de la mano con los hospitales creando una alianza de respaldo para todos los niños y adolescentes con cáncer.
Es por ello que, han diseñado programas como “Padrinos sin límites”, el cual se trata de apadrinar a un niño con cáncer y brindarle ayudas económicas y alimentarias. Otro de los programas es “Súmate a dar”, que más que un programa es una iniciativa para sensibilizar a las personas para que aporten ayudas a esta noble causa.
Tal vez el más conmovedor es “Deseos sin límites”, con este se busca hacer realidad los sueños de estos guerreros, que quizás sea el último, por lo que piden a cualquier persona de buen corazón que los ayuden en esta incesante tarea de darle felicidad a estos pequeños.
Apoyo de venezolanos en el mundo para los niños con cáncer
Ante la desasistida crisis humanitaria en salud que hay en Venezuela, esta fundación ha dado un paso al frente de esta problemática y ha conformado un voluntariado en el mundo, específicamente en los Estados Unidos, desde allá un grupo de venezolanos se reúnen para juntar dólar por dólar y así comprar los medicamentos que están escasos en el país y alimentos para la dieta de estos niños, a la gran obra se ha sumado una empresa de envíos la cual de forma gratuita trae la ayuda a Venezuela.
Actualmente la Fundación Compañeros de Batalla, organiza un conversatorio con diversas personalidades de la región zuliana a beneficio de los niños con cáncer en espera de un trasplante de médula.
Hay muchas formas de aportar un granito de arena a esta hermosa causa, que no es otra que, guiarlos a través de la esperanza y la alegría para que se aferren a la vida, y que sean el fidedigno testimonio de que esta enfermedad puede ser derrotada, y ayudarlos a crecer, pues tal vez en la mente de alguno de estos pequeños este la cura del cáncer.