crisis en venezuelaLa crisis en Venezuela ya es considerada la más grande de la historia republicana y es también la más aguda para la región fronteriza del Táchira, donde además de la escasez, se le suman las restricciones para pasar a Colombia. 

La crisis en Venezuela es dramática, pero en el fronterizo estado Táchira se torna extrema. El racionamiento de agua vino agudizar la situación; las colas para surtir de gasolina exceden las tres horas y no es garantía de surtir después de ese tiempo, si se agota el combustible; las colas para comprar alimentos son cada día más largas y llegan menos productos y la medicina tiene una escasez superior al 85%.

“Es horrible, desde hace muchos años en el Táchira no la han aplicado muy feo, por eso que aquí nunca ganan elecciones».

«Hoy amanecimos sin gasolina, la mitad de las bombas cerradas, todos los días dicen de más racionamiento de agua y nos la están quitando hasta tres días seguidos y las temperaturas están por los 40 grados, no es justo. No hacen mantenimiento del acueducto y todos los años piden para eso más recursos”, dice Fabio Duque, quien señala que no se va del país porque tiene tres hijos y no tiene dinero para emigrar.

Media región ha estado prácticamente sin agua, la ruptura por más de cuatro veces de un tubo matriz en el municipio Cárdenas que abastece 8 municipios contribuyó, pero la crisis se extiende a toda la región y el presidente de Hidrosuroeste, Jacinto Colmenares dice que podrá ser más intensa por la sequía.

La salud en terapia intensiva

La enfermera Nora Valderrama comentó que la situación de salud es grave al extremo, “ni siquiera hay calmantes para el dolor en clínicas privadas, por ejemplo en la Policlínica Táchira se acabaron el fin de semana pasado. Tampoco anticonvulsivos, antibióticos limitados, medicamentos inhaladores escasos y así casi todo. Imagínese no hay ni papel higiénico siquiera para poner en los baños de los pacientes, que es lo mínimo de servicio que puede pedir un enfermo. El suero es difícil y limitado».

«Es angustioso atender una persona sabiendo que las cosas se pudieran hacer mejor si se contara con los medicamentos básicos”.

Mientras que en el Hospital Central de San Cristóbal mueren más de 50 recién nacidos solo en los dos primeros meses del año, porque no se cuenta con incubadoras, respiradores artificiales, ni medicamentos para atender a los niños, incluso en algunos momentos escasea la fórmula láctea.

La alcaldesa de San Cristóbal Patricia de Ceballos, dijo al gobernador del estado, José Gregorio Vielma Mora esta semana, que no aportar los recursos a la Unidad de Cuidados Intensivos de Neonatos (UCIN) del Hospital Central ha ocasionado la muerte de más de 270 niños y niñas, entre el año 2015 y lo que va de 2016.

La comida es incomprable

Las colas para comprar alimentos y productos de primera necesidad son cada más extensas, y se compra menos cantidad de productos. Con una canasta básica que cierra en 157 mil 843 bolívares en febrero, el venezolano necesitarían 16,4 salarios mínimos (9.648,18 Bs.) para adquirir la canasta básica de una familia de cinco miembros.

Carmen Viloria, dice que ya a menos de la mitad se redujo la cantidad y la calidad de comida que se consume en su hogar.

“Hace tiempo no comemos atún que era tan común, está a casi 4 mil el grande y hace mucho que no como caraotas, no se consiguen. Carne si hay, pero está cara y los huevos ya van a mil 400 el cartón”, refiere la mujer, quien se quejaba de dolor en la columna vertebral, de donde es operada, pero sin más alternativa debe salir a hacer las colas todos los martes porque es el día que puede comprar y permanece varias horas de pie.

Colas para surtir de gasolina

Aquí todo cuesta, poder echar gasolina al vehículo puede ser un sacrificio de dos y hasta tres horas ahora en San Cristóbal. “Las colas se habían bajado pero desde que aumentaron la gasolina hay bombas cerradas y las colas están muy largas”, refirió Fabio Duque.

En los municipios fronterizos y los del interior del estado Táchira es más aguda la situación con el combustible, a pesar de que la frontera está cerrada. Al ser abierta, los colombianos vienen hasta San Cristóbal a comprar la gasolina por lo muy económica que les resulta.